NATALIA PEREIRA, ACADÉMICA UCM.
La experta hizo un llamado a las madres a tener confianza en lo que produce su propio cuerpo, pues están científicamente comprobados los beneficios de la leche materna para la salud del bebé. La académica de Enfermería enfatizó en la necesidad de normalizar este proceso y no sexualizarlo.
Fue a mediados de 2020 cuando el gigante alimenticio suizo Nestlé lanzó una campaña para donar leche de fórmula en los países suramericanos más afectados por la pandemia. Una campaña que fue vista con cautela por algunos expertos. De hecho, la Red Internacional de Grupos pro Alimentación Infantil (IBFAN) acusó en BBC Mundo a la multinacional de “explotar la pandemia con fines de mercado”.
¿Por qué cuestionar algo que, a simple vista, puede ser considerado como una causa noble? Científicamente se han demostrado –y así es aceptado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- los múltiples beneficios de la leche materna. “Es llamado oro líquido porque es la mejor nutrición para los niños, genera protección inmunitaria, cardiovascular, un vínculo emocional y protege contra la obesidad a largo plazo”, explicó Natalia Pereira, académica de la Escuela de Enfermería de la Universidad Católica del Maule (UCM).
Tan beneficiosa es que existe un Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna cuya adopción es promovida por la OMS y, actualmente ha sido firmado por 136 países. Chile es uno de ellos.
Este código nació como respuesta al marketing agresivo de leche de fórmula que acaparó los medios desde el inicio de la década de los 80. En su experiencia en clínicas de lactancia, en las que se apoya a las madres en este proceso, la académica Natalia Pereira ha identificado un mito muy arraigado en el país: “pensar que las fórmulas son mejores que la misma leche materna y se escuchan muchas frases como ´mi leche es muy delgada´, ´mi leche no alimenta´, ´el bebé queda con hambre´ y ahí es cuando se le comienza a dar fórmulas”, sostuvo.
Pereira fue tajante: “la fórmula no va a alimentar mejor al bebé que la leche materna. Los niños alimentados con leche materna tienen un mejor desarrollo psicomotor, intelectual y una mejor agudeza visual respecto a los que han sido alimentado a bases de fórmulas lácteas. Estas que no están fabricadas con leche materna y, además, perjudican el sistema gastrointestinal”, afirmó.
La desconfianza de las madres en lo que sus propios cuerpos producen y el miedo a no alimentar correctamente a sus hijos, dijo la experta, “las industrias lo aprovechan y aumentan las ventas de sucedáneos de leche”, dijo.
Por ello insistió en que “no es lo mismo una leche que está especialmente fabricada por la propia madre para su hijo, que algo que está fabricado en serie para, por ejemplo, todos los bebés de un mes. Debemos recordar que las empresas buscan obtener ganancias de las ventas, en cambio, la leche materna es gratis y no hay nada más lindo y más seguro que la experiencia de lactar a un bebé”, indicó.
Recomendaciones
“La lactancia no debe doler, si provoca dolor es porque puede haber dificultad en el acople del bebé con el pezón y, en ese caso, recomiendo que asistan a clínicas de lactancia que están disponibles en los centros de salud familiar y allí pueden solicitar ayuda a los profesionales”, indicó Pereira.
Las dificultades en el acople también pueden generar grietas en el pezón y, para ello la experta recomienda aplicar la misma leche en la piel y dejarla secar.
En el caso de baja producción, es importante tener en cuenta que no existen preparaciones milagrosas en la producción de leche. “Hay alimentos que están restringidos para la madre lactante como aquellos con cafeína o alcohol, pero no existe una dieta especial o alimentos que produzcan más leche”, advirtió la académica. Lo importante es mantener una dieta balanceada y nutritiva, de lo contrario, “el cuerpo va a estar obteniendo la energía de la misma composición corporal de la mujer, de la grasa o de los músculos para producir la leche”, expuso.
Para los padres, aunque no participan directamente del proceso, sí pueden apoyar emocionalmente y asistiendo a la madre en caso de alguna necesidad. “Proteger la lactancia es un tema social, debemos seguir empoderando a las madres y debemos ayudarlas a sentirse seguras en este proceso y normalizarlo porque no es un tema sexual, es un tema nutricional”, puntualizó.
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