- La consultoría TI consiste en apoyar a las empresas en sus desafíos tecnológicos mediante servicios especializados, como reclutamiento de perfiles técnicos, modernización de sistemas o implementación de nuevas herramientas digitales. En Chile, esta alternativa gana fuerza ante la necesidad de innovar con rapidez y enfrentar la escasez de talento.
La creciente demanda por perfiles tecnológicos, la presión por reducir tiempos de implementación y la urgencia por adaptarse a nuevas tecnologías están empujando a las empresas chilenas a buscar apoyo en consultorías TI. Según explica Carlos Echevarría, Manager de Qibit y especialista en reclutamiento tecnológico y transformación digital, esta tendencia responde a una necesidad concreta: ejecutar proyectos complejos con mayor velocidad y menor riesgo.
“Los desafíos son transversales a las industrias, pero uno de los más evidentes es el time to market”, comenta. “Muchas compañías cuentan con equipos internos de reclutamiento, pero cuando se trata de perfiles tecnológicos específicos, los procesos pueden demorar meses”. En contraste, señala que las consultoras especializadas ya tienen bases activas de profesionales evaluados, lo que permite acortar los tiempos de búsqueda a un promedio de 25 días.
Otro punto clave es la adaptación a contextos cambiantes. “Uno de los beneficios más valorados es la flexibilidad para escalar equipos según la etapa del proyecto. Eso permite operar con estructuras más ágiles, sin aumentar de forma permanente la dotación”, agrega.
Entre las áreas con mayor crecimiento en demanda durante el último año, Echevarría destaca cinco: ciberseguridad, migración a la nube, análisis de datos, automatización con inteligencia artificial y modernización de sistemas legados. “Se buscan soluciones que generen valor rápido, pero también consultores que comprendan el negocio, no solo la parte técnica”, puntualiza.
A la hora de evaluar si optar por equipos internos o apoyarse en consultoras, Echevarría es claro: no hay una fórmula única. “Depende del tipo de proyecto, su nivel de urgencia y la madurez digital de la empresa. En algunos casos, construir conocimiento interno es más sostenible; en otros, externalizar es la única forma de avanzar con la velocidad requerida”.
Finalmente, advierte que la elección de un partner tecnológico debe abordarse como una decisión estratégica. “Factores como la experiencia técnica, el ajuste cultural con el equipo interno, la capacidad de atraer talento especializado y una mirada consultiva marcan la diferencia entre el éxito o el estancamiento de un proyecto”.