Por: Ivette Durán Seguel, académica de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la UCM.
Este lunes 08 de marzo se conmemoró el día internacional de la mujer, en este contexto, es pertinente reflexionar sobre el aporte de las mujeres tanto el ámbito profesional, como en rol que tenemos en el desarrollo de nuestro país.
Desde los años 90, la inserción de la mujer en el campo laboral en Chile ha aumentado en forma sostenida, destacándose en todas las áreas de la sociedad y consecuentemente aportando al desarrollo económico. En términos generales, el mercado laboral mostró un aumento de la participación femenina en la última década, pasando de un 46,8% a un 52,5% según datos del Centro de Políticas Públicas UC, esta tendencia se rompió el año 2019, con una fuerte caída, llegando al 47,3% a nivel nacional y un 37% en la región del Maule, según datos del Observatorio Laboral del Maule, en el 2020. Este retroceso, implica en la práctica una perdida de la participación laboral de la mujer, equivalente a todo lo ganado en la última decada. Las razones que subyacen a este fenómeno se asocian principalmente a el escenario de la pandemia del COVID 19, ya que, de acuerdo con estudios recientes, en Chile las mujeres dedican 9 horas semanales más que los hombres a tareas domésticas y 14 horas más al cuidado de niños y niñas, lo anterior se ha agudizado por el hecho inédito del cierre de colegios y jardines infantiles. Profundizando así la situación de desigualdad y baja corresponsabilidad que ya existía antes del inicio de la pandemia.
Con una visión de futuro, la crisis de la pandemia podría ser una oportunidad y punto de inflexión cultural, para avanzar hacia una sociedad con una mayor corresponsabilidad en las labores parentales y de cuidado. Es imperioso un mayor grado de sensibilización entre los diferentes actores relevantes de nuestra sociedad, especialmente para el avance en materia de políticas publicas que favorezcan el desarrollo de prácticas laborales más flexibles, equitativas y con menos obstáculos para la contratación femenina.
Por otra parte, es necesario que las mujeres puedan aumentar sus competencias para así diversificar sus oportunidades de trabajo. Esto último, es precisamente la misión que hoy cumplen las instituciones de educación de nuestro país. Por nuestra parte, en la Facultad de Cs. Sociales y Económicas de la UCM, contamos una alta participación femenina, prueba de ello es que el 62,1% de nuestros estudiantes son mujeres.
Sin duda que nuestra sociedad debe caminar hacia un mayor grado de integración y reducción de la desigualdad en todos los ámbitos, es especialmente importante avanzar en equidad de genero en el trabajo. Es tarea de todas y todos hacer propio este objetivo.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.
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