- Nueva iniciativa de transformación digital coloca en el centro a la persona y conjuga en equilibrio la calidad educativa e identidad católica.
- Encuentro de formación presentará CREO, con el fin de levantar un sistema educativo no sólo ennuestro país, sino también en Argentina, Colombia, Guatemala, Perú, Honduras y El Salvador.
La pandemia ha reformulado el acercamiento al material educativo, combinando textos escolares con plataformas interactivas que forman un ecosistema digital donde se incorpora no solamente el contenido académico, sino también las herramientas para el desarrollo socioemocional de todos quienes forman parte del sistema. Si bien la mayoría de las herramientas digitales se enfocan en los contenidos académicos, también es clave contar con complementos educativos que refuercen el área valórica.
Según una de las guías de Valoras UC “el desarrollo moral es una habilidad sociocognitiva que se desarrolla paulatinamente durante la vida y que apunta al discernimiento entre lo que está bien y lo que está mal, así como de las mejores opciones de actuación frente a una situación determinada”. En el aprendizaje de la vida, el juicio moral depende “de la etapa de desarrollo evolutivo en que se encuentra el sujeto, como de las creencias y actitudes de las personas con que cotidianamente se relaciona”, explica el documento.
Teniendo clara esta misión dentro del ecosistema escolar y dada la urgente necesidad de reforzar la formación valórica como complemento al aprendizaje tradicional -lo que se ha evidenciado aún más este nuevo año escolar marcado por hechos de violencia en nuestro país- el conjunto de editoriales Santillana (dedicado al desarrollo de contenidos en distintos formatos) desarrolló CREO, un sistema educativo integral y flexible, que pone en el centro a la persona y conjuga en equilibrio calidad educativa e identidad católica.
Basado en el Pacto Educativo Global del Papa Francisco, CREO se sustenta en cinco pilares: vivir el Evangelio hoy; acompañar a toda la comunidad educativa; transformar la experiencia educativa; aprender para la vida; y construir junto con las familias. Concretamente, a través de este programa se puede acceder a consultoría académica y pastoral y capacitación directiva y docente, además de una propuesta pedagógica innovadora y de calidad, con contenidos pastorales para los todos los niveles y miembros de la comunidad educativa”, afirma Gustavo Ibarra, Coordinador de Escuela Católica en Santillana Chile, quien destaca que “comenzará a utilizarse no sólo en nuestro país, sino también en Argentina, Colombia, Guatemala, Perú, Honduras y El Salvador, proyectándose su expansión hacia países de Centroamérica y a Brasil”.
Cuenta que CREO se está presentando en un encuentro de formación para directivos, “con el fin de levantar un sistema educativo que se adapte a las nuevas necesidades y demandas de la sociedad actual; es decir, educando desde la base para formar personas con valores que persigan la construcción de un mundo más humano, más justo y solidario”. “Su objetivo es consolidar un proyecto formativo de mejora continua, que trascienda a la escuela y abarque al conjunto de toda la comunidad educativa, a la vez que involucre y apoye a la familia como primeros responsables de la educación de sus hijos” enfatiza.
El futuro y madurez de las personas
Sobre este encuentro, Oscar Pérez, secretario ejecutivo de Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC), quien visita nuestro país para dicha instancia, asegura que “el momento actual que vivimos derivado de la pandemia de Covid-19 está lleno de incertidumbre, complejidad y precariedad; sin duda, esto nos impulsa a replantearnos nuestro futuro como humanidad y el cuidado de nuestro planeta”.
Sostiene que ya previo a la crisis sanitaria “el tema de la educación era una discusión obligatoria; hoy es una deuda y un requisito para ejercer un derecho ciudadano”. Ante esta situación, “el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre Educación de Calidad está siendo replanteado y para ello, la UNESCO creó una iniciativa llamada Los Futuros de la Educación, que busca aprender a transformarse con el objetivo de resignificar el papel del conocimiento, el aprendizaje y la educación para su contribución en el bien común mundial”. En este sentido, “la Escuela Católica de América -unida al llamado del Papa Francisco de reconstruir el Pacto Educativo Global- se ha comprometido a poner en práctica estas ideas mediante la adopción de la iniciativa de la UNESCO: Los Futuros de la Educación; tenemos una invitación a replantear la mirada desde lo que somos hacia lo que queremos ser”, justifica.
Por su parte, Roberto Pavez, presidente Área Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, recuerda que el Papa llamó a "firmar un pacto educativo global para y con las generaciones más jóvenes, que involucre a familias, comunidades, escuelas y universidades, instituciones, religiones y gobernantes: toda la humanidad en formar personas maduras". Además, agrega que todos los agentes educativos y quienes se interesan por la educación están convocados a reflexionar y poner en práctica siete recomendaciones iniciales:
1.- Poner en el centro de todo proceso educativo a la persona, su valor, su dignidad, para sobresalir su propia especificidad, su belleza, su singularidad; y al mismo tiempo, su capacidad de relacionarse con otros.
2.- Escuchar la voz de los niños, adolescentes y jóvenes, a quienes transmitimos valores y conocimientos, para construir juntos un futuro de justicia y de paz; una vida digna para cada persona.
3.- Fomentar la plena participación de las niñas y de las jóvenes en la educación.
4.- Tener a la familia como primera e indispensable educadora.
5.- Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados.
6.- Comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, y estar así al servicio de toda la familia en perspectiva de una ecología integral.
7.- Cuidar nuestra ‘casa común’, poniéndola en resguardo de la explotación de sus recursos, adoptando estilos de vida más sobrios y buscando el aprovechamiento de las energías renovables y respetuosas del entorno humano y natural, siguiendo principios de subsidiariedad y solidaridad y de la economía circular.
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