Estudio realizado por BrainLat de la Escuela de Psicología UAI
El estudio demuestra que cuando anticipamos situaciones estresantes, nuestro organismo experimenta cambios internos.
Adelantarse a situaciones sociales produce fuertes reacciones en nuestro organismo, sin embargo, la mayoría de la evidencia científicas se refiere a cómo las personas reaccionan en el mismo momento en que se exponen a una situación de estrés social o luego de la situación.
Un reciente estudio muestra qué ocurre de manera a priori en el organismo cuando se podría experimentar una situación de estrés social. El estudio Allostatic-interoceptive anticipation of social rejection, elaborado por investigadores del Centro de investigación de Salud Cerebral en Latinoamérica (BrainLat UAI) demuestra cómo el cerebro anticipa el rechazo social al regular las señales corporales mediante un proceso denominado anticipación “alostática-interoceptiva”.
Este proceso, caracterizado por un funcionamiento en conjunto de la alostasis (equilibrio de los sistemas del organismo para poder anticipar situaciones estresantes, y preparar el cuerpo para entregar respuestas que sean eficientes y adaptativas) e interocepción (sensación o percepción de señales corporales internas), funciona en base a predicciones que el cerebro realiza sobre eventos cercanos a ocurrir, ante los cuales comanda una serie de procesos de equilibrio en el organismo para ajustar el estado actual del cuerpo hacia el estado necesario para enfrentar aquella eventualidad. Por ejemplo, el prepararse para luchar o huir al ver a alguien con intención de asaltar acercándose hacia uno, el cerebro modifica nuestro cuerpo para prepararnos ante ello a través del aumentando la irrigación sanguínea hacia los músculos relevantes para luchar, como los músculos del tronco superior, o los de huida, como los del tronco inferior, para así evitar tropezar al querer correr debido a una insuficiente tensión muscular.
El investigador e integrante de BrainLat UAI, Joaquín Migeot, explica que “analizamos la respuesta cerebral de adolescentes al anticipar la aceptación o rechazo de la invitación de un desconocido en una red social”. Agrega que los resultados muestran que “cuando la incertidumbre sobre el resultado de la invitación es alta, el cerebro desencadena en el cuerpo un proceso para prepararse y enfrentar un potencial evento estresante, como podría ser el rechazo a la invitación”.
El estudio analizó la actividad cerebral de 58 adolescentes, además de la actividad intracraneal de tres pacientes con epilepsia intratable. Los test se realizaron mientras los participantes realizaban una acción y debían inferir si serían aceptados o rechazados por un desconocido.
Nuevos parámetros de investigación
La anticipación “alostática-interoceptiva” propone que el cerebro integra señales del mismo organismo, pero también ambientales, y así puede anticipar posibles escenarios y generar respuestas. De aquella manera, se alinea con una visión integradora del cerebro, cuerpo y ambiente.
Los resultados revelan que este proceso se intensifica cuando el resultado de la interacción social es inesperado, debido a que el organismo se prepara para un posible evento estresante.
“Actualmente nos interesamos por estudiar cómo elementos estresantes asociados a la disparidad en el ambiente en el que vivimos, tales como la carencia de recursos económicos, la inseguridad en el vecindario, o la contaminación pueden afectar la alostasis en individuos expuestos a aquellas condiciones. De aquella manera, buscamos estudiar como la disparidad impregna la biología de los individuos”, concluyó Migeot.
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