Por Silvana Grossi Q., Head Planner de Bond (LinkedIn @bond.)
Marzo es un mes complejo, principalmente en términos económicos, pues se juntan los pagos de colegio, permisos de circulación, seguros de autos, útiles escolares, uniformes, y deudas de arrastre de lo que se gastó en vacaciones.
Un escenario que se agudiza este año, considerando que estamos frente a una crisis económica que aún no termina: Con un crecimiento de 2,7%, cerró la economía chilena en 2022, sorprendiendo con un dato mejor a lo esperado. Con todo, las proyecciones apuntan a un 2023 a la baja, cuya economía caería aún más.
Y en este mes de gastos excesivos, el marketing juega un rol fundamental, puesto que se enfrentan a un escenario con familias con recursos limitados en muchas ocasiones y con ofertas de créditos y compras en cuotas, que deben ser tomadas con responsabilidad.
Un rubro que ha cambiado mucho en el último tiempo, en particular porque las empresas han entendido la misión de tener un rol activo en la sociedad, con propósitos reales que conecten con las personas y el entorno.
¿Cuál es ese rol? Poder conectar los propósitos reales con las demandas sociales. De esa manera, se generan los vínculos que se traducen en preferencia a largo plazo.
Por otro lado, hoy en día, sabemos la importancia que tiene la sostenibilidad, y por lo mismo, todo lo que se comunique debe estar bajo esa premisa inicial. De lo contrario, pierde relevancia y no conecta, especialmente con las nuevas generaciones.
Este año es un desafío para las marcas debido a la incertidumbre y desconfianza que existe en Chile actualmente, tanto en la economía, lo político y la sensación de inseguridad personal.
Y la confianza no se construirá únicamente a través del marketing. Son necesarias acciones concretas desde lo corporativo en adelante. Lo más importante, es poder leer bien las necesidades y empatizar con la realidad que están viviendo los chilenos.
De esta manera, el rol de las marcas hoy es disponibilizar la máxima ayuda posible, sin caer en sesgos de segmentos no representativos, y poder aliviar la carga que significa marzo y el resto del año para los chilenos. Esto nos obligará a ser más asertivos, más conectados y empáticos a la hora de comunicar.
Y no se debe estigmatizar el rol de los bancos, puesto que entregan una ayuda muchas veces necesaria para poder enfrentar este momento. Por otro lado, los bancos cada día están más preocupados por la inclusión financiera, principalmente de aquellas personas que en el pasado no tuvieron acceso a la banca tradicional.
Actualmente este problema tiene una solución fácil, con opciones que entrega uno de nuestros clientes en Bond (LinkedIn @Bond.). Se trata de la “cuenta digital del Bci”, que puede ser contratada 100% de manera digital y queda activada inmediatamente, dándoles acceso a un mundo al que antes no podían ingresar, por lo que las soluciones para marzo no estaban a la mano.
No olvidar, además, el rol que tuvieron los bancos en la pandemia y ahora nuevamente con una serie de medidas de apoyo para ayudar a los chilenos a salir adelante y no caer morosidades, de las que luego les es imposible salir.
Creo que en este sentido la banca es cada día más responsable y entiende las relaciones de largo plazo y el impacto que tiene en las personas y ha sabido responder a tiempo con soluciones digitales y más conectadas con la realidad local.
Porque el marketing debe ser responsable, principalmente en momentos de crisis económica, pero esa responsabilidad no debe quitar el acceso a la información, a la inclusión financiera y a las opciones para las personas.
Hoy, además, todos reconocen una comunicación engañosa y caer en esto, ya no es aceptado y no lo será más.
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