Un espacio de apoyo pedagógico que ha ido creciendo con fuerza el último año.
En relación con el año 2022, el listado de tutores de Conectado Aprendo ha crecido un 142%. A pesar de esta cifra positiva por parte de la fundación, aun en nuestro país, se pueden levantar números preocupantes entregados por el Ministerio de Educación. Entre ellos podemos resaltar que los estudiantes más vulnerables del país perdieron aproximadamente el 68,4% de los aprendizajes para un año escolar normal. Lo que también arrojó cifras desconcertantes como que el 50% del total de niños no aprendió a leer y un 96% de menores de 1º básico no reconoce las letras del abecedario.
La fundación Conectado Aprendo, nació el año 2020, cuando la pandemia estaba comenzando a hacer estragos a nivel mundial y los escolares se encontraban perjudicados con el cierre de los colegios, tanto en su aspecto emocional como académico. La idea tomó fuerza y ese mismo año se realizaron 700 tutorías. Desde ese momento, el proyecto no ha tenido ni un momento de descanso, dando vida incluso a una plataforma digital que facilita las sesiones de apoyo pedagógico y que incluso se pueden inscribir a través del link https://esisu.conectadoaprendo.cl/inscripcion-tutor (Copia y pega en tu navegador)
Hoy por hoy, son más de 4.000 niños de educación básica, en las asignaturas de lenguaje y matemáticas, que han recibido apoyo de tutores a través de 16 sesiones on line, que tienen un máximo de tres meses de duración.
“La experiencia de cada tutor es muy importante y el reflejo de ella, es lo que también marca lo que vive cada niño o niña”, comenta Francisca Lewin, Directora Ejecutiva de Conectado Aprendo y agrega “Nosotros estamos en contacto con los tutores, los escuchamos y aclaramos dudas. Les preguntamos cómo les va y nos gusta que nos transmitan su experiencia”, concluye la Directora.
Millaray Araya, es estudiante de la carrera de letras hispánicas y actualmente tienen como voluntariado una tutoría semanal con su alumno y ella resalta que “Éstas son un espacio seguro, confortable y nutritivo tanto para el niño y el tutor, se logra un ambiente muy agradable y adecuado” a lo que además agrega, “Me motiva el propio vínculo que cree con mi alumno, la relación de confianza y ver todo lo que ha progresado, me motiva continuamente a seguir adelante con las tutorías y de esto último lo que más resalto, es lo mucho que uno como persona le puede entregar a un niño sin darse cuenta. No es solo la materia y el contenido que vemos clase a clase, sino también lo que se le otorga al alumno un espacio donde puede desenvolverse con seguridad, donde no tiene miedo a preguntar y equivocarse, son estas cosas las que yo destaco”, concluye.
Por su parte, Antonia Bahamondes estudiante de psicología de la Universidad Católica, explica que la motivación va más allá del aprendizaje de por sí y está más relacionado con la conexión que se genera, tutor-alumno durante los primeros 10 a 15 minutos de cada reunión, los que se conocen como “sesiones de mentero”. Para la estudiante de psicología, éstas fueron claves en las ganas de trabajar periódicamente: “Mi máxima motivación fue la buena relación que tuve con mi alumna. Lo pasamos muy bien en las clases y ella siempre se quedaba con ganas de seguir conversando, era muy, muy dulce, muy tierna. Me contaba cosas de su vida, entonces al final, como que compartimos harto, sobre todo los 15 minutos de cápsulas de aprendizaje, que facilitaron mucho nuestra conversación”
Para Catalina Hernández, quien también fue parte de los más de 4.000 tutores que han trabajado en Conectado Aprendo, realizar las tutorías se transforman en una instancia de compromiso con el otro, ella las define como “un espacio de encuentro donde progresivamente se va gestando confianza, no es simplemente un acto mecánico. Es un proceso de crecimiento dual, ambas partes somos desafiadas. Por esto considero tan relevante las tutorías, porque es un espacio donde se pueden gestar relaciones auténticas y sanas, con el fin de promover aprendizajes efectivos, atendiendo a las necesidades e intereses particulares de cada niño”, confirma Hernández.
La meta de la fundación es llegar a todos los rincones de Chile, y es por eso, que este crecimiento debe continuar y para eso necesitamos que las cifras de aumento de tutores sigan creciendo, mientras que las de la brecha educacional vayan bajando.
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