RANCAGUATV™ Tu Columna de Opinión a: prensa@rancaguatv.cl

Arrow up
Arrow down
Ya son más de 10 años de información y entretención para usted ►

MARCELO TRIVELLI

  • ¿QUÉ ES MEJOR: EVALUAR ENSEÑANZA O APRENDIZAJE?

     

    education copy

    Por: Marcelo Trivelli Presidente Fundación Semilla


    MARCELO TRIVELLIEn Chile se evalúa el aprendizaje y se hace de manera cuantitativa desde 1° básico con notas que van del uno a siete. En Japón, las y los estudiantes no tienen exámenes hasta el cuarto grado de primaria. Es decir, cuando tienen entre 9 y 10 años.  Para ellos, en los primeros años de escuela, los conocimientos académicos no son lo más importante; el enfoque está puesto en valores como respeto, paciencia, generosidad, compasión, disciplina, control y cuidado de la naturaleza. 

    Detrás de estas dos miradas, se esconde una profunda diferencia en cómo la sociedad se aproxima a la educación. La evaluación cuantitativa de estudiantes mide el aprendizaje de los y las jóvenes, mientras que, al centrarse en la formación integral, mide la calidad de la enseñanza por parte de los y las profesionales de la educación.

    Para nosotros en Fundación Semilla, que trabajamos en el ámbito de la educación socioemocional, la promoción de la convivencia, la prevención de la violencia y la formación ciudadana, afirmamos que esta dimensión debe ser transversal a las asignaturas. Para ello es indispensable que las escuelas de pedagogía incorporen estas dimensiones en sus currículos y exista una posibilidad cierta de perfeccionamiento para quienes hoy ejercen la pedagogía.

    Está demostrado a nivel mundial, y en Chile lo refuerza la Agencia de Calidad de la Educación, que, a mejor clima en el contexto escolar, mejores son los aprendizajes. Pero más importante aún es que a mejor clima, tanto mejor es el bienestar de niños, niñas y jóvenes.

    Nada de esto es posible mientras el sistema no ponga a niñas, niños y jóvenes como sujetos principales de la educación. ¿A quién le importa que miles de niños lleguen a cuarto básico sin entender lo que leen o incapaces de realizar las cuatro operaciones matemáticas? ¿Qué hacemos para prevenir el ausentismo y la posterior deserción? ¿Cómo nos hacemos responsables de la formación de los y las estudiantes? 

    La pandemia de covid-19 abrió espacios de innovación insospechados en la educación. Varios establecimientos educacionales nos han relatado que habiendo dedicado más tiempo y puesto mas atención en convivencia a través del arte y utilizando las metodologías lúdico participativas, han logrado resultados académicos y formativos espectaculares.

    Hay profesionales de la educación que se atrevieron a innovar, pero aún falta mucho. Se necesita un cambio de mentalidad y para ello los símbolos son importantes. Por eso valoramos que esta semana el Senado haya aprobado la eliminación de la posibilidad de poner notas de primero a cuarto básico y ahora se verá a la Cámara de Diputados y Diputadas. Lo importante es que es una señal potente que, por una parte, cambia el eje desde estudiantes hacia docentes, y por la otra inclina la balanza hacia la formación en vez de las materias tradicionales.

    Niñas, niños y jóvenes deben estar en el centro de la educación, pero el foco, la atención y la evaluación debe estar en los profesionales de la educación. Ha llegado la hora de poner más énfasis en la evaluación de la enseñanza más que en el aprendizaje.

  • AÑO 2020 MARCÓ EL FIN DE UNA ÉPOCA

    3d render globo sobre fondo abstracto 1048 6186

    El año 2020 será recordado como un punto de inflexión en la historia de la humanidad. No es exagerado afirmar que el año que termina marcó el fin de una época.  


     Marcel Trivelli final

    Por Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla

    En el mundo globalizado, las amenazas son también globales. La crisis sanitaria provocada por el covid-19, ha dejado de manifiesto que, si queremos sobrevivir a las amenazas del presente, debemos cambiar drásticamente los pilares culturales, políticos, económicos y sociales sobre los que está cimentada nuestra civilización. El año 2020 fue una ocasión extraordinaria para darnos cuenta que el camino que estábamos transitando, nos llevó directamente al fin de una época. 

    Las democracias han sido incapaces de dar respuesta política a la pandemia. El populismo define la agenda pública de gobernantes en muchos países. Desprecian la cooperación al igual que a las instancias multilaterales, que tampoco han respondido adecuadamente al rol que los países le han asignado. El ámbito político parece responder más de prisa ante presiones de grupos de interés que ante la búsqueda honesta y profunda del bien común.

    Han quedado a la vista las desigualdades económicas entre países y dentro de los mismos. Un modelo económico que concentra riqueza en unos pocos en vez de compartirla entre quienes la producen, que consume recursos naturales no renovables y contamina el medio ambiente como si este fuera infinito, y que el crecimiento se sostiene manteneniendo en alto la fiebre del consumo.

    Una sociedad de masas que busca sobrevivir y alimentarse de consumos superfluos, que se estructura de forma segregada buscando la endogamia en vez de la diversidad y que, sin sentido crítico ni empoderamiento, es presa fácil de la narco cultura, de la violencia de género, del tráfico de personas, de los conflictos armados y de una proliferación de la delincuencia.

    Pero no todo está perdido. La misma pandemia que ha dejado al descubierto y visibilizado lo anterior, tiene una cara positiva que serán los pilares de la nueva época.

    Es la ciencia que ha vuelto a cobrar un rol preminente para recuperar el sitial que nunca debió perder al enfrentar a gobernantes soberbios y populistas. Es la economía de base que se ha organizado para proveer alimentación a sus comunidades y es la sociedad que ha abierto los ojos ante la injusticia y las desigualdades.

    En el trabajo que realizamos en Fundación Semilla constatamos que las juventudes, aun cuando están invisibilizadas y estigmatizadas por los medios de comunicación tradicionales, buscan y acceden, de la mano de las nuevas tecnologías, a conocimiento y cultura. Y, sobre todo, están empoderados para enfrentar el presente y dispuestos a contribuir en la nueva época bajo nuevos paradigmas. A pesar de todo, la actual generación de jóvenes es la más capaz, más preparada, más globalizada, más diversa, más crítica y más numerosa que haya existido en la historia de la humanidad. Niñas y niños que vienen detrás de ellos serán aún mejores.

    Es por todo lo anterior que el año 2020 es un punto de inflexión porque, dadas las circunstancias que se vivieron, marcó el fin de una época.

  • CHILE VIOLENTO: TRATAMOS LOS SÍNTOMAS Y NO LA ENFERMEDAD

    multitud gente manifestandose banderas pancartas 23 2148013868

    Columna por Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla


    Desde hace ya varios años que venimos observando que nuestra sociedad está enferma. Y cada día que pasa su estado empeora. El mejor termómetro para medir su gravedad son los actos de violencia. Nadie duda que la violencia acecha en cada rincón de Chile, violencia contra la mujer, violencia delictual, violencia represora, violencia institucional, violencia intrafamiliar, bullying, violencia económica, etc. Chile se convirtió en un país violento. Lo reconocemos, lo vivimos, pero no concordamos en el diagnóstico. Así, no podremos curar la enfermedad.

     

    Hay quienes creen que la violencia se combate con mano dura, con leyes mas restrictivas, con limitaciones a las libertades individuales, con fiscales menos acuciosos y jueces menos apegados a la ley; en conclusión, con más hombres, mujeres y jóvenes en la cárcel. 

     

    Hay quienes creemos que la cárcel es el justo castigo por la autoría de un delito, pero que es inútil como política pública para prevenir la violencia. La violencia, al igual que las enfermedades contagiosas, se propaga con mayor fuerza en sociedades desiguales, ciudades segregadas, estructuras de poder político, económico y de medios de comunicación con alta concentración, con justicia, salud y educación para pobres y para clases acomodadas. No pretendo con ello eximir de responsabilidad o culpa a quienes cometen un delito, pero no podemos cerrar los ojos y tapar nuestros oídos ante esta realidad.

     

    marcelo trivelliEs siempre más fácil afirmar que las responsabilidades son individuales. Con ello se evita mirar el entorno y el deterior institucional en el que el victimario está inmerso. Es una mirada de corto plazo que no resuelve el problema de fondo. Se trata el síntoma, pero la enfermedad queda sin curar.

     

    El Presidente Piñera ha hecho un llamado a un gran acuerdo nacional contra la violencia. Habrá dos visiones y modelos de sociedad en pugna. Aquella que busca mantener el statu quo (que nada cambie) y para ello buscarán dotar de más recursos a las policías, endurecer la ley antiterrorista, aumentar las penas, mientras que otros señalarán que el Estado ya cuenta con herramientas legales y que un acuerdo contra la violencia debe comprometer una revisión a fondo de las instituciones y de sus fallas.

     

    Dice el dicho popular que “ley pareja no es dura”. Es sabiduría del pueblo que acepta que la ley se aplique por igual a todos los ciudadanos, pero cuando ese mismo pueblo percibe que en Chile se condena y encarcela a los pobres y los poderosos van a clases de ética o se les imponen multas irrisorias, avala la violencia como método para visibilizar y buscar soluciones a conflictos.

     

    En Fundación Semilla lo vemos a nivel de comunidad escolar, y es proyectable a la sociedad. No basta un acuerdo cupular y si se continúa con políticas excluyentes y discriminadoras, estas motivarán aún más violencia. Será necesario lograr un acuerdo que busque la integración de grupos vulnerables, la reparación y, sobre todo, de un ordenamiento jurídico sano, fuerte y vigoroso en el cual la sociedad se vea reflejada en ella.

     

    Es de esperarse que si logramos avanzar en una agenda de no-violencia, dejemos de tratar los síntomas y nos aboquemos a tratar la enfermedad.

  • DESERTORES ESCOLARES, SOLDADOS DEL NARCOTRÁFICO.

    junkie dealer

    • El Ministerio de Educación proyecta para el año 2021 que 268 mil niños, niñas y jóvenes no habrán completado su educación. En palabras simples: desertores escolares. Esta cifra es poco más de un 40% superior al número previo a la pandemia, que se estimaba en 186 mil.

    Por: Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla


    MARCELO TRIVELLILlama la atención que, al momento de realizar el diagnóstico de la deserción, se dan, como posibles causas, el trabajo infantil para apoyar en la generación de ingresos familiares, la debilitada salud mental del grupo familiar por el stress de la pandemia y la carencia de conectividad y medios tecnológicos para mantener la adhesión de niñas, niños y jóvenes a la escuela con clases a distancia.

     

    Pero claramente estas no son las únicas causas. Si esas niñas, niños y jóvenes no van a la escuela, entonces cabe preguntarse: ¿Dónde van? Muchos son reclutados por el narcotráfico como soldados que mueven droga y defienden el territorio. La narco cultura compite con ventaja respecto de la escuela. La cultura narco ofrece un relato de largo plazo con una promesa de bienestar económico, identidad y reconocimiento. Sobre todo, ofrece una oportunidad real de ascenso social en un grupo de pertenencia y de protección recíproca. Y todo lo anterior acompañado de adrenalina.

     

    ¿Puede la escuela actual competir con las bandas narco? La respuesta es no. No puede competir porque la escuela, como vehículo de política pública para cumplir con la promesa de la meritocracia, resulta ser una estafa. El sistema educacional no cumple con su promesa básica de ser igual y de calidad para todas las niñas, niños y jóvenes. En general, es aburrida y carente de adrenalina.

    Las desigualdades e inequidades de la sociedad chilena que, en el ámbito de la educación, son aún más acentuadas, han estado siempre a la vista para quien las quiera ver y reconocer. Pero normalizadas para la mayoría de la sociedad; incluso para quienes son parte del sistema educacional. Este año 2020, producto de la pandemia y la suspensión de clases presenciales, los medios de comunicación han puesto mayor atención en la educación y han subido a la pantalla y escrito en titulares la cruda realidad de millones de niñas, niños y jóvenes que reciben una mala educación, o simplemente, que no la reciben.

    Ya lo hemos dicho antes y seguiremos insistiendo. Fundación Semilla, plantea el desafío que en el 2021 nos aboquemos a consensuar una “nueva escuela”. La escuela, tal como la conocemos cumplió un rol durante el siglo XX, pero claramente está desactualizada y no es capaz de responder a los desafíos del siglo XXI. Poner más énfasis en lo socioemocional que en las materias tradicionales, incluir las tecnologías de información al sistema, dimensionar comunidades educativas a escala humana e integradas al territorio, educación no sexista, adopción de metodologías innovadoras como por ejemplo las lúdico participativas y un nuevo rol de profesores jefes, son lagunas de las características de la “nueva escuela”.

    Si no somos capaces de renovar la escuela, las bandas narcos reclutarán entre las niñas, niños y jóvenes desertores para que asuman como soldados del narcotráfico. Aún es tiempo para evitarlo, pero cada vez será más difícil ganarle a la cultura narco.

  • DISCURSO DE ODIO POR SOBRE LA RAZÓN

    DISCURSO DE ODIO POR SOBRE LA RAZÓN

     

    Por: Marcelo Trivelli, Fundación Semilla

    Para muchos resulta exagerado calificar como discurso de odio a frases que a primera vista parecen inofensivas o incluso divertidas (para algunos) pero que tienen un alto contenido de prejuicios que degradan a la persona aludida y a sus semejantes. No permitamos que el discurso de odio se imponga por sobre la razón.

     


     

    DISCURSO DE ODIO POR SOBRE LA RAZÓN TRIVELLIEn junio de 2019, Naciones Unidas lanzó un nuevo plan contra los discursos que incitan al odio entendido como “cualquier tipo de discurso, escrito o conductual, que ataca o usa lenguaje peyorativo o discriminatorio hacia una persona o grupo sobre la base de lo que son”.

     

    Dos intervenciones de amplia difusión en medios de comunicación ilustran de muy buena forma lo que es un discurso de odio. El primero, la pregunta realizada por noteros del programa de televisión CQC al candidato Mario desbordes respecto de cómo se sentía “al ser el único candidato de tez morena de la derecha”, mientras que la segunda provino de la constituyente Teresa Marinovic quien escribió en su cuenta de twitter, “Constituyente Linconao hablando en Mapudungun… sabe hablar castellano, pero no importa: no pierde la oportunidad de hacer show”.

     

    El discurso de odio es utilizado cuando se renuncia a la razón y es la antesala de la violencia. Crea el ambiente propicio para que, quienes comparten un prejuicio se sientan empoderados para imponerlo a la fuerza y, por encima de la razón, a quienes ven como personas inferiores o simplemente como enemigos.

     

    El mejor antídoto en contra de los prejuicios y los discursos de odios es el diálogo en la razón, el conocimiento de los demás, el aprender a conocer y valorar la diversidad y en ello, la educación juega un rol fundamental. Como ejemplo podemos citar los resultados del Segundo Estudio sobre Violencias de Género en Contextos Escolares realizado por Fundación Semilla que demuestran que en aquellos establecimientos educacionales que tienen educación sexual hay menos violencia de género y, en específico, en aquellos establecimientos que imparten temáticas relacionadas con población LGBTQI+, disminuye en un 28% la probabilidad de sufrir discriminación.

     

    Y lo mismo sucede con educación en diversidad religiosa, política, étnica o condición socioeconómica. Ningún aspecto de la diversidad debe quedar excluido en la educación. Es una responsabilidad del Estado asegurar que niñas, niños y jóvenes conozcan y valoren la diversidad. Que el conocimiento sea a través de la razón, respondiendo a preguntas de por qué somos diferentes, de si la verdad es única y la misma en el tiempo. Solo así nos enriquecemos en la diferencia.

     

    El orden establecido, así como el Estado de Derecho están siendo legítimamente cuestionados en el proceso constituyente, así como también será en las campañas para elegir presidente, un nuevo congreso y consejeros regionales. No nos alarmemos por el dialogo que a veces podrá llegar a ser áspero e intransigente, pero sí prendamos todas las luces y sirenas de alarma ante los discursos de odio. Denunciemos todos y cada uno de los discursos de odio y evitemos que prime por sobre la razón.

  • EL MIEDO AL CAMBIO NOS PUEDE PARALIZAR O DESATAR LA VIOLENCIA

    miedo al cambio

     

    Por Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla


     

    Miedo, incertidumbre, temor, desconfianza, alarma, sorpresa, radical y otras tantas palabras del mismo tenor están resonando en los medios de comunicación y las redes sociales después de conocer los resultados de la elección de constituyentes. Salir de la zona de confort o verse obligado a salir de ella por las circunstancias es siempre un gran desafío, porque el miedo al cambio nos puede paralizar o desatar la violencia.

    El miedo es una emoción que genera un sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea. El miedo moviliza y, de las emociones, es la que moviliza con más ímpetu. 

     

    Hoy, lo que algunos desean es mantener el statu quo (que nada cambie). Sienten amenazada su zona de confort, se encuentran en un aparente estado de certidumbre y seguridad. En ella, evitan hacerse las preguntas cuyas respuestas pudieran cambiar su forma de vida. Las nuevas preguntas y las posibles respuestas fueron sometidas a la decisión popular y resultaron ser mayoría de forma democrática. Ahora, la sociedad tendrá que procesarlas por la vía institucional. 

     

    Hace unos días un compañero de curso de Ingeniería de la Universidad de Chile “posteó” en el chat de nuestra generación, bajo la foto de la Machi Francisca Linconao: “Delincuentes, corruptos, terroristas y asesinos redactando la nueva constitución… que desastre”.

     

    El miedo es un mal consejero y atrincherarse en la zona de confort descalificando la voz de la mayoría pone en riesgo la democracia y puede desatar la violencia. Tenemos que enfrentar la violencia verbal y las descalificaciones. Es clave no convertirnos en cómplice silencioso de una espiral de violencia.

     

    La mayoría de independientes electos para conformar la Convención Constituyente tienen una trayectoria asociada a conflictos con fuerte expresión territorial y cultural. Viven problemas reales incubados por un Estado de Derecho que no ha dado respuesta a los abusos de los que han sido víctimas. 

     

    En Fundación Semilla trabajamos bajo el principio de que el antónimo de violencia es convivencia y que la convivencia se desarrolla sobre la empatía y la diversidad. Ponerse en el lugar de la otra persona y valorar las diferencias. ¿Cómo no empatizar con la población que vive en las zonas de sacrificio o con quienes carecen de agua para su subsistencia o quienes han sido discriminadas y violentadas por su género?

     

    La convivencia social no será tarea fácil. Aun así, estamos convencidos que saldremos adelante y tendremos una nueva Constitución que regule de mejor manera nuestra convivencia. Que el Estado de Derecho será para beneficiar a todos y no solo a unos pocos. 

     

    Enfrentaremos semanas turbulentas. Habrá altos y bajos, progresos y retrocesos, estridencia y diálogo, pero al final llegaremos a buen puerto, un puerto diferente de aquel desde el cual zarpamos. Debemos estar atentos para que el miedo al cambio no paralice el proceso ni se convierta en combustible para desatar la violencia.

  • FEMICIDIOS: LA INQUISICIÓN DEL SIGLO XXI

    FEMICIDIO 1 a

    Columna de Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla


    MARCELO TRIVELLI COLUMNAS copyLa reciente celebración de Halloween o noche de brujas trae preguntas sobre cuál es el origen de la palabra bruja, cuál es el significado en el imaginario colectivo y cuál es el impacto que ello tiene sobre las mujeres. Las respuestas están a la vista: La desvaloración de la mujer y su demonización son detonadores de femicidios, al igual como lo fue la Inquisición en la edad media.

    Si bien no se sabe con certeza cuál es el origen de la palabra bruja, se dice que el término tiene origen celta, pues procede de la palabra “brouxa”, la cual significa “ver ouxa” y que se traduce como “muy alta”. En la mayoría de las culturas ancestrales, las mujeres brujas eran muy respetadas, al igual como lo son las Machis o Chamanes en los pueblos originarios de América Latina, por su gran conocimiento de la naturaleza, de las plantas y hierbas y de sus usos medicinales. Cumplen también el rol de vínculo con la madre tierra y entre los miembros de sus comunidades.

    Fue en la edad media cuando el conocimiento de mujeres de alto valor, transmitido de generación en generación, se vio como contrapuesto a las “enseñanzas” del cristianismo. Amenazaba, no solo los principios teológicos, sino que también la supremacía de los hombres establecida por la cultura patriarcal imperante. El oscurantismo de esa época caricaturizó a las brujas como mujeres maléficas y hechiceras que tenían pacto con el demonio para hacer el mal. Llevadas ante el santo Oficio, las mujeres fueron acusadas de brujas y sentenciadas a multas, exilio, castigos, torturas y a morir quemadas en la hoguera.

  • HUMBERTO MATURANA FUE POCO ESCUCHADO Y COMPRENDIDO POR LAS ÉLITES

    Humberto Maturana FILSA2015

    Por: Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla


     

    marcelo trivelliLa semana pasada falleció Humberto Maturana a los 92 años. Hizo aportes significativos al estudio, conocimiento y entendimiento de los seres vivos. Tuvo una abundante creación científica y entendió, como pocos, a los seres humanos. Hizo grandes contribuciones a la biología, filosofía, antropología, sociología, a la teoría de sistemas y a la educación. A pesar de la grandeza de sus aportes, fue poco escuchado y comprendido por las élites.

     

    Humberto Maturana fue un científico de excelencia capaz de comunicarse con la gente, porque fue un apasionado del lenguaje y propuso que los seres humanos convivimos en el lenguaje:

     

    “Como el convivir humano tiene lugar en el lenguaje, ocurre que el aprender a ser humanos lo aprendemos al mismo tiempo en un continuo entrelazamiento de nuestro lenguaje y emociones según nuestro vivir. Yo llamo conversar a este entrelazamiento de lenguaje y emociones. Por esto el vivir humano se da, de hecho, en el conversar”.

     

    Que importante sería si nuestras élites comprendieran que el vivir humano se da en el conversar y no en la repetición de slogans y frases sin sustento que se dicen desde el pódium al que solo acceden quienes creen ser poseedores de la verdad.  

     

    Maturana, como científico, tuvo la humildad de reconocer que la objetividad no existe y que se utiliza para someter a otros. Que la convivencia se da en el ponerse de acuerdo y, en ello, el lenguaje y la práctica son fundamentales. Esto es el proceso de socialización que se ve amenazado por el enclaustramiento de las élites en grupos endogámicos que no conversan ni dialogan con los demás. 

     

    No es casualidad la poca confianza que la ciudadanía tiene en las instituciones. La última encuesta del CEP informa que las instituciones con niveles de confianza bajo un 20% son las iglesias evangélicas y católica (17%), empresas privadas (14%), tribunales de justicia (12%), televisión y ministerio público (11%), gobierno (9%), congreso (8%) y partidos políticos (2%).

     

    Lamentablemente en Chile y, en general en América Latina, las élites no dialogan con la ciencia. Los y las científicas no son escuchados a la hora de diseñar política pública ni tampoco para rediseñar el actual modelo de desarrollo rentista y extractivista. La ciencia es percibida por las élites como un lujo que no puede permitirse el país bajo el pretexto de las necesidades de la población. 

     

    En Fundación Semilla valoramos y nos enriquecemos de la diversidad. Somos estudiosos y reconocemos a Humberto Maturana como un gran intelectual con sentido común. Por ello nuestro pequeño homenaje a su vida y su obra ha sido difundir esta cita que nos interpreta plenamente:

     

    “Hoy el problema de la educación no es de la inteligencia, sino de la emoción. Si no me encuentro con el otro y no lo valoro como un igual, con emociones y sentimientos propios, no podemos educar. La educación no es sobre conocimientos, es sobre encuentros. Si guío la mirada, entonces amplío el entendimiento y puedo educar”.

  • LA ALEGRÍA DEL PRIMER DÍA DE CLASES SE APAGA RÁPIDAMENTE

    LA ALEGRÍA DEL PRIMER DÍA DE CLASES SE APAGA RÁPIDAMENTE

    Marcelo Trivelli, Fundación Semilla


     

    Después de las vacaciones escolares, niñas, niños y jóvenes regresan a la escuela con alegría del reencuentro con sus pares y de enfrentarse a la curiosidad de lo nuevo. Estamos observando lo mismo en los intermitentes retornos después de periodos de cuarentena debido a la pandemia. Lamentablemente, la alegría del primer día de clases se apaga rápidamente en un sistema de educación que no privilegia la educación socioemocional ni el pensamiento crítico.

     

    La educación socioemocional y el desarrollo del pensamiento crítico no son pilares relevantes de la educación. Por ellos, muy pocos dieron importancia a estos aspectos en la reconversión de la enseñanza presencial a la modalidad a distancia.

     

    Los resultados del estudio: “Impacto en la Salud Mental de Preescolares y Escolares Chilenos Asociado a la Cuarentena por COVID-19”, realizado por académicas del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Norte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, muestran que, si los síntomas asociados a una mala salud mental eran preocupantes en situación de educación presencial, hoy son alarmantes. La línea base en situación de presencialidad mostraba que la irritabilidad y mal genio alcanzaba 56%, el no obedecer a 57% y cambios en el apetito a 51% mientras que, durante la pandemia, estos alcanzaron 72%, 71% y 73% respectivamente.

     

    Lo importante ahora es hacerse cargo del daño socioemocional de estudiantes, independiente de si es causado por la educación en el aula o por la educación de forma remota.

     

    La educación socioemocional no es una asignatura por si misma. Es, según la definición del Ministerio de Educación, el proceso mediante el cual niñas, niños y jóvenes adquieren y desarrollan conocimientos, habilidades y actitudes que les permiten lograr el autoconocimiento, comprender y autorregular las emociones y su expresión, motivarse para establecer y alcanzar objetivos positivos, empatizar con los demás, construir y mantener relaciones positivas, tomar responsablemente sus decisiones y manejar de manera efectiva situaciones desafiantes.

     

    Si bien, existen buenas intenciones y un buen marco conceptual que lo avala, el sistema no cuenta con herramientas pedagógicas que apoyen la labor docente. Se les traspasa una gran responsabilidad a los profesionales de la educación, pero sin instrumentales para lograrlo.

     

    Para llenar ese vacío, en Fundación Semilla hemos concentrado esfuerzos en desarrollar herramientas pedagógicas basadas en metodologías lúdico participativas en formato físico (juegos de mesa) y formato digital (app web) con excelente aceptación y utilización para lograr los objetivos de la educación socioemocional, además de hacerlo de manera entretenida.

     

    Profesionales de la educación muestran a diario su compromiso con las y los estudiantes y están conscientes de la necesidad de profundizar la educación socioemocional y, abiertos, disponibles y ansiosos para innovar e incorporar nuevas metodologías pedagógicas. 

     

    Esperamos que los aprendizajes que nos ha dejado la pandemia en educación se internalicen y podamos reorientar los objetivos educacionales para lograr que la alegría del primer día de clases no se apague rápidamente tal y como sucede hoy.

  • LA DIGNIDAD COMIENZA A HACERSE COSTUMBRE

    La dignidad comienza a hacerse costumbre

    Por: Marcelo Trivelli, Fundación Semilla


     

    La dignidad comienza a hacerse costumbre marcelo trivelliLa instalación de la Convención Constituyente, conformada por 155 hombres y mujeres elegidos democráticamente, fue un logro que muchos soñamos, pero pocos nos imaginamos que pudiera ser realidad cuando marcamos el voto con AC en las elecciones del año 2013. Además de ser un hecho político de gran relevancia, es la manifestación de un cambio de paradigma en el cual la dignidad comienza a hacerse costumbre.

     

    La dignidad, entendida como la “cualidad de la cosa que merece respeto” se personalizó en todos quienes dijeron si al aceptar el mandato y la responsabilidad de ser constituyentes y no en los símbolos patrios consagrados en el artículo 2° de la Constitución, ni en lo que representa el edificio del ex Congreso Nacional. 

     

    Si bien en la conformación de la Convención hay quienes son parte de las élites que han gobernado Chile y que romantizan ciertas causas, pero que no las viven en carne propia, el domingo se visibilizaron las y los constituyentes que han sido discriminadas, marginadas, abusadas, humilladas por su etnia, género, edad, lugar del territorio en que viven o situación socioeconómica. 

     

    Para mí, la imagen que quedará grabada en mis recuerdos es aquella en que en primer plano está Elisa Loncón, recién nombrada presidenta de la Convención Constitucional, comenzando a hablar en mapuzungún mientras en segundo plano está Gloria Valladares, encargada de velar por la correcta instalación de la Convención, quien la mira con respeto, serenidad y, me atrevería a decir, también con regocijo. 

     

    La solemnidad de la ocasión y el respeto a símbolos identitarios es el comienzo de un proceso en que la dignidad comienza a hacerse costumbre. Nada puede compensar el daño causado, pero es un primer paso el reconocer, respetar y valorar la diversidad. 

     

    Aquellos que continúen mirando y actuando desde la cultura de la supremacía racial, patriarcal o económica serán cada vez menos y si hoy aún les queda espacio para vociferar, insultar, desafiar y descalificar, pasarán a la irrelevancia completa porque Chile cambió. 

     

    El liderazgo de la Convención Constitucional fue entregado a Elisa Loncón, una persona digna de ejercer dicho cargo. Sus palabras fueron de unidad: “la fuerza que nos dieron es la fuerza para todo el pueblo de Chile”; de inclusión: “Estamos instalando aquí una manera de ser plural, una manera de ser democrático, una manera de ser participativo”; y también compartió el sueño de sus antepasados: “Hermanas y hermanos es posible refundar este Chile, establecer una nueva relación”. Un discurso de mucho contenido y sentido común, libre de odiosidades y de violencia. Su propia dignidad se vio reforzada por su expreso respeto a todas y todos los habitantes de nuestra tierra.

     

    Lo que mejor ejemplifica la transformación que está sucediendo en nuestra sociedad es lo que escribió Daniela Millaleo Montano (@DanielaMillaleo) en su cuenta de Twitter: “algún día mi hija en su primer día de clases dirá: “Me llamo Rayen Cayul Millaleo y soy mapuche” con la frente en alto y orgullo ancestral. Y no como su madre que solo dijo Daniela en ese primer día de clase por miedo que la molestaran y le dijeran India. Esos días ya terminaron”.

     

    Esos días están terminando para Rayen y su familia, así como para millones de chilenas y chilenos discriminados por prejuicios histórico-culturales, pero aún queda mucho por hacer y en Fundación Semilla estamos orgullosos de seguir colaborando para que la dignidad continúe haciéndose costumbre.

  • LA EDUCACIÓN ACTUAL INHIBE EL DESARROLLO DE LA IDENTIDAD

    marcelo trivelli

     


    Los sistemas educacionales han experimentado un gran cambio en los últimos 40 años. Junto con la masificación de la oferta, la educación se ha ido deshumanizando fuertemente influenciada por las lógicas mercantilistas que han asociado la calidad solo con aprendizajes cognitivos. El foco en materias y el abandono de la formación integral inhibe el desarrollo de la identidad.

     

    Las escuelas de hoy se parecen más a una línea de producción que a una comunidad de personas en busca de crecimiento y desarrollo humano. Como toda línea de producción, se busca obtener un “producto” lo más homogéneo posible que permita ser evaluado en los sucesivos controles de calidad que se aplican a lo largo de los años. Por ejemplo, el SIMCE y la PDT.

     

    Un producto homogéneo permite realizar comparaciones que, en el caso de personas, siempre resulta odioso y discriminatorio. La idea de un “producto de buena calidad” en la educación, medido a través de pruebas estandarizadas, ha resultado ser un incentivo perverso para las comunidades educacionales. Docentes y profesionales de la educación han dejado en segundo plano la educación y el desarrollo socioemocional de sus estudiantes. Mamás, papás y apoderados centran su atención en lo que creen será un seguro económico. Y, niñas, niños y jóvenes ven la escuela como una obligación aburrida y limitadora de su creatividad.

     

    En vez de un “producto estándar”, en Fundación Semilla promovemos la formación de personas únicas mediante metodologías de apoyo pedagógico que abren espacios para que niñas, niños y jóvenes avancen en el desarrollo de sus propios e individuales rasgos o características que permitan distinguirla de otras en un conjunto. Es decir, en el desarrollo de sus identidades.

     

    Las escuelas que asumen su rol educativo de manera integral, se convierten en factores protectores porque el desarrollo de la identidad permite valorarse a uno mismo y reconocerse único en el grupo. Sin identidad no hay sentido de pertenencia. Sin identidad se es invisible para los demás.

     

    Siempre que abordo el tema de la identidad y el sentido de pertenencia, me vienen a la memoria testimonios desgarradores como el de un niño: “la primera vez que alguien me dijo que era bueno para algo fue al disparar una pistola y dar en el blanco” o el de una niña: “tener relaciones sexuales me hace sentir que le importo”.

     

    No se trata de desestimar los aprendizajes de matemáticas, lecto escritura u otras materias, pero sí de reducir contenidos para tener más tiempo para humanizar la educación. Contar con espacios para soñar y crear, para conversar y reflexionar, para jugar y cantar y para conocer a otras personas y reconocerse a uno mismo.

     

    Poner a niñas, niños y jóvenes en el centro y en la primera prioridad es mucho más que obtener buenos puntajes en la prueba de transición (ex PSU y ex PAA) y mientras autoridades políticas no cambien su paradigma educacional, la educación continuará inhibiendo el desarrollo de la identidad y el sentido de pertenencia con las nefastas consecuencias que ello implica para la sociedad en su conjunto.

  • LA GENERACIÓN COVID

    nino tenencia mascara 23 2148544539

    Por: Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla


     

    marcelo trivelliLa principal medida sanitaria para combatir la pandemia del Coronavirus fue restringir el contacto social al máximo a través de cuarentenas. Estos largos periodos de encierro han creado una generación de niñas, niños y adolescentes conocidos como la generación COVID, porque las habilidades sociales se adquieren viviendo en comunidad y el estar encerrados con la familia no es suficiente. Es más, muchas veces puede resultar contraproducente cuando se está en presencia de violencia intrafamiliar agravada por condiciones de hacinamiento.

     

    La generación COVID comprende desde recién nacidos hasta adolescentes. Los primeros, nacidos de madres estresadas por la tensión y el confinamiento han experimentado la falta de socialización más allá de familiares directos, y se extiende hasta los y las adolescentes que están viendo truncado su desarrollo sexo-afectivo al carecer de las experiencias iniciales del cortejo y emparejamiento.

     

    A comienzos del año escolar 2021, la Agencia de Calidad de la Educación aplicó el Diagnóstico Integral de Aprendizajes con la participación de cerca de ocho mil establecimientos en el país. Existe un menor aprendizaje y el problema más grave es en matemáticas a nivel de enseñanza media. A pesar de la baja, las metodologías no presenciales han logrado aprendizajes de materias.

     

    Pero lo que solo se puede adquirir de manera presencial, son las habilidades sociales que se adquieren por la sola presencia en el aula. Por ejemplo, aprender a dialogar, a compartir, a jugar, a cooperar, a entender y comprender su entorno y también a identificar situaciones de riesgo y de abuso. La generación COVID ha vivido el distanciamiento y no ha tenido contacto físico con sus pares, algo que es fundamental en la adquisición de habilidades sociales.

     

    En el día a día esto se ilustra de muy buena manera en el siguiente ejemplo. El día antes de su primer día presencial de clases en kínder en marzo pasado, le preguntaron a uno de mis nietos si estaba contento de volver a ver a sus amigos, y el respondió: yo no tengo amigos. Un año de escuela no presencial en nivel de prekínder no permitieron establecer relación de amistad.

     

    La Agencia de Calidad de la Educación también evaluó el bienestar emocional y encontró desmotivación expresada en “menos ganas de hacer las cosas”. Afecta más a mujeres que a hombres. En Fundación Semilla este resultado no nos sorprende por cuanto la energía de la vida en niñas, niños y adolescentes está dado por la interacción con sus pares. Y respecto de que afecta más a mujeres que hombres, nuestra explicación es que, en confinamiento, las labores del hogar recaen mayoritariamente sobre las mujeres reproduciendo la cultura patriarcal imperante.

     

    Las características la generación COVID están aún por determinarse. Debemos tratar de atenuar las consecuencias de la pandemia y para ello, en Fundación Semilla estamos trabajando para que lo vivido nos sirva de experiencia para implementar una nueva escuela.

  • LA SOLEDAD DE LAS Y LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN EN EL RETORNO AL AULA

    LA SOLEDAD DE LAS Y LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN EN EL RETORNO AL AULA Platforms

    Una de las profesiones que ha debido enfrentar los mayores desafíos de adaptación a las condiciones generadas por la pandemia de Covid-19 son las y los profesionales de la educación. Han sido dieciocho meses difíciles para los que nadie estaba preparado, sin embargo, al regresar a las aulas nadie se está haciendo cargo del daño socioemocional que han experimentado. Las y los profesionales de la educación se encuentran en soledad al retornar a las aulas.

     Por: Marcelo Trivelli, Fundación Semilla


     

    LA SOLEDAD DE LAS Y LOS PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN EN EL RETORNO AL AULA MARCELO TRIVELLINiñas, niños y jóvenes también han sido dañados psicológicamente por las condiciones de la pandemia, pero su salud mental no es prioridad. Se continúa privilegiando los aprendizajes tradicionales que se miden en las pruebas estandarizadas, como por ejemplo el SIMCE, a pesar que la evidencia científica señala que mientras mayor es el bienestar socioemocional de una comunidad, mejor es el aprendizaje de las materias señaladas.

     

    El Ministerio de Educación de Chile ha destinado $25.000 millones adicionales, poco menos de $2,5 millones por establecimiento, para apoyar el retorno a clases presenciales en todos los colegios y jardines que reciben recursos públicos en el país para implementar medidas sanitarias, pero nada se dice de apoyo socioemocional para docentes y estudiantado. 

     

    La crisis sanitaria ha causado estragos en la educación, pero no lograremos recuperar lo perdido haciendo lo mismo de siempre. Hemos tenido un año y medio para cuestionar las bases del sistema educacional y en Fundación Semilla asumimos el desafío de encontrar las oportunidades que nos ofrecía la crisis para mejorar la educación de niñas, niños y jóvenes. 

     

    Durante el año 2020, elaboramos el Decálogo del Retorno a Clases en el que se destaca, en primer lugar, que se puede lograr más aprendizajes con menos contenidos. Para ello proponemos mantener la flexibilidad curricular, autorizada excepcionalmente por el Ministerio de Educación, priorizando aquellos objetivos imprescindibles para avanzar en nuevos aprendizajes y aquellos integradores y significativos que permitan aprendizajes para integrarse como sujetos activos frente a los desafíos sociales. 

     

    El segundo punto del Decálogo da cuenta de la importancia de las emociones y los vínculos que se establecen en las comunidades educativas. Hasta antes de la pandemia las dábamos por aseguradas por el solo hecho de la presencialidad en la escuela sin trabajarlas ni apoyar a quienes se iban quedando rezagados. La calidad de la convivencia escolar y la adquisición de habilidades sociales, emocionales y ciudadanas, deben mantener una alta relevancia pedagógica.

     

    Hacer realidad estas oportunidades no será tarea fácil. El sistema educacional necesita hacer suyo esta nueva mirada ofreciendo apoyo socioemocional y capacitación a las y los profesionales de la educación, así como nuevas herramientas pedagógicas que apoyen la labor docente. 

     

    La educación se comporta como un gran buque de carga que tiene grandes dificultades para cambiar de rumbo.  Lamentablemente, mientras el retorno a clases avanza, vemos la soledad en que se encuentran las y los profesionales de la educación.

  • MIENTE, MIENTE QUE ALGO QUEDA

    miente miente que algo queda


    miente miente que algo queda Marcel Trivelli final

    Por Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla

    Un viejo adagio: ¡Miente, miente que algo queda!, fue utilizado por Trump desde el primer día, logró convencer a setenta millones de votantes. Afortunadamente para ese país y para el mundo, esa cifra no fue suficiente para asegurarle su reelección. 

    Al 27 de agosto de 2020, habían transcurrido 1.316 días de gobierno del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, y el “Fact Checker”, publicado por el prestigioso diario The Washington Post, informaba que habían contabilizado poco más de 22.000 mentiras. En el último período de campaña alcanzó una cifra de 50 mentiras por día.

    Cansados de tanta mentira, y viendo amenazada la democracia de su país, importantes cadenas de televisión cortaron la transmisión en directo cuando el presidente señaló, refiriéndose a los resultados de la elección presidencial: “Esto es un fraude al pueblo estadounidense, es una vergüenza para nuestro país”. Y la mayoría de los medios, lo corrigieron de forma instantánea, informando que esta aseveración carecía de pruebas y de fundamento.

    Pero esto no sucede sólo en Estados Unidos, está sucediendo en casi todo el mundo y por ello la ciudadanía ha ido perdiendo confianza en sus líderes, ya sean públicos, privados o religiosos. Lamentablemente, otras personas se dejan seducir por la mentira y comienzan a venerar a su líder constituyendo verdaderas sectas que amenazan la convivencia y la democracia.

    La educación debe jugar un rol cada vez más importante para enfrentar esta disyuntiva, recuperando la formación ciudadana y el desarrollo de habilidades socioemocionales. Nuestra experiencia en Fundación Semilla es que docentes, estudiantes, profesionales de la educación y auxiliares, se entusiasman con seguir este camino de convivencia cuando toman conciencia y cuentan con las herramientas para hacerlo. 

    La inercia del sistema educacional es tan grande que se hace difícil iniciar esta conversación, sin embargo, el “caso Trump” en que estaba en juego la democracia, el medio ambiente, la igualdad de género, la migración y, sobre todo, la verdad servirá como un caso de estudio. Mentira, por un lado, pensamiento crítico y coraje por el otro. Tenemos que enfrentar el desafío de que la educación no es exclusivamente para transmitir conocimiento, ni menos creer que fomentar una buena convivencia es solo para lograr mejores aprendizajes en lenguaje, matemáticas, ciencias u otras disciplinas tradicionales. La persona humana, la comunidad y la sociedad tienen que estar en el centro de la educación.

    Cada día que pasa sin hacer cambios profundos en la educación vamos degradando la convivencia con todas las consecuencias que ello implica: polarización y violencia. Vamos creando una estructura de poder sin contrapeso. No existe una varita mágica para revertirlo. Se trata de un esfuerzo sostenido para lograr cambios en todos los segmentos de las comunidades escolares, niños, niñas, jóvenes y adultos.

    Solo así podremos estar atentos para que no surjan esos líderes mesiánicos que mienten y mienten porque siempre algo quedará.

  • NO ES LO MISMO ENTENDER QUE JUSTIFICAR LA VIOLENCIA

    No es lo mismo entender que justificar la violencia

    Por: Marcelo Trivelli, Fundación Semilla


     

    La violencia pasó de ser un tema valórico a ser un arma política. Estamos en presencia de una escalada de acusaciones que pretenden descalificar al adversario por no condenar la violencia. Estamos perdiendo el rumbo y reducir el debate en torno a la violencia a la dicotomía de aprobar o condenar sólo nos conducirá a mayor división y violencia porque no es lo mismo entender que justificar la violencia.

     

    Quienes creen que la condena a la violencia traerá el fin de ella, se equivocan. Es necesario, pero está lejos de ser suficiente. Violencia trae consigo más violencia. Se puede saber dónde comienza, pero nunca se sabe cuál será el desenlace.

     

    En Fundación Semilla que trabajamos en temas de convivencia, ciudadanía y violencia, definimos esta última como:  el abuso de poder para dominar, someter, imponer, subyugar, humillar, vencer, oprimir, doblegar, ofender, degradar, denigrar, deshonrar, menoscabar, discriminar…. a otra persona o grupo de personas.

     

    Esperar que una víctima, herida en su dignidad y vulnerada en sus derechos, ponga la otra mejilla, es utópico. La violencia es una realidad multidimensional y solo seremos capaces de frenar la espiral de violencia si logramos entender sus causas y empatizar con las víctimas. Y cuando digo víctimas, me refiero a todas las víctimas. No podemos dejar ninguna víctima invisibilizada ni en el camino del olvido. No hay víctimas de primera, segunda o tercera clase, todas son víctimas iguales en derecho y dignidad.

     

    Rara vez la violencia física es un acto aislado. No basta con ver y analizar ese solo hecho. Emitir una opinión solo basada en una foto y no en la película entera es una irresponsabilidad porque, la foto que se muestra, desconoce el encadenamiento que derivó en ella.

     

    Perder la dimensión valórica de la violencia y utilizarla como herramienta para obtener ventaja política, en nada contribuye a quebrar su encadenamiento. Más aún, exacerba el debate, se pierde el foco alejándose del camino del encuentro. Es muy destacable que entre las y los constituyentes hayan surgido liderazgos con el coraje de ir por el camino difícil del encuentro y la pacificación de los espíritus

     

    Son personas que antes de criticar o emplazar a otros en el ámbito de la violencia, están haciendo un esfuerzo por construir comunidad en que nadie sobre. Han sido capaces de superar el individualismo que tanto daño nos está haciendo. Escuchan para entender y aprender y no para responder sin reflexionar.

     

    Son ejemplo y se están ganando un reconocimiento a pesar de lo polarizado que está el ambiente político porque la ciudadanía quiere vivir en paz, que sabe muy bien que hacer el esfuerzo por entender no es lo mismo que justificar la violencia.

  • NUEVAMENTE NOS ENFRENTAMOS AL DILEMA DE “LA ÚLTIMA CAMA”

    dormitorio cuarentena paciente infectado virus covid 19 hospital 35378 3143

    Por: Marcelo Trivelli,  Presidente Fundación Semilla


     

    marcelo trivelliEl exceso de confianza basado en las disminuciones de contagios y contagiados de Covid-19 durante el ultimo trimestre de 2020 sumado a los más de once millones de vacunas administradas de las cuales cuatro millones de personas ya recibieron la segunda, el agotamiento a las medidas restrictivas, la gran cantidad de permisos, la normalización de las muertes miradas solo como estadísticas y los malos ejemplos de políticos, uniformados, jueces por nombrar algunos, nos llevaron a relajar las medidas de cuidado y por ello nuevamente enfrentamos el dilema de “la última cama”.

     

    A comienzos de esta semana había casi tres mil personas en unidades de cuidados intensivos (UCI) de las cuales poco más de dos mil quinientos estaban conectados ventilación mecánica, según cifras oficiales publicadas en www.gob.cl/coronavirus/cifrasoficiales/ Es decir, ya estamos ante el dilema de la última cama, aunque en promedio aún queda una holgura mínima.

     

    Como siempre, son las personas excluidas quienes se enfrentan a la trágica realidad de no tener acceso a la última cama. Aldo Lucarelli, de 76 años se contagió con Covid-19 y lleva siete días en el hospital Adriana Cousiño de Quintero; recinto de baja complejidad donde recibe oxígeno, pero sin ninguna posibilidad de ventilación mecánica invasiva. Aldo está recibiendo un tratamiento con antibióticos, corticoides y medicamentos para la diabetes e hipertensión, enfermedades base que están controladas.

    El 1° de abril le informaron a su hija que su padre “no estaba en buenas condiciones de salud y que su deterioro podría ser rápido. También que por su edad y las enfermedades asociadas era poco probable un cupo en la UCI porque se estaba dando prioridad a personas menores de 60 años”.

     

    Puchuncaví Quintero es una de las cinco zonas de sacrificio de Chile. Está contaminado su aire, sus aguas y su tierra producto de las emisiones, derrames y disposición de residuos industriales por decenas de años. Quienes han vivido en esta zona tienen una condición de salud deteriorada respecto de otros chilenos y hoy se le está negando el acceso a una cama UCI a los adultos mayores con enfermedades de base producto de esa situación. En otras palabras, se está aplicando un criterio que deja gente fuera de la UCI en un hospital de mayor complejidad. 

     

    Al hospital de Quintero, al igual que en muchos hospitales de Chile, no llegan los medios de comunicación masiva para ver la realidad que se vive, ni sus habitantes tienen gran influencia en redes sociales para mostrarla. Los medios y los y las “influencers” no se cuestiona si en esos hospitales se vive el drama de “la última cama”, porque no hay camas UCI. Pero esas comunidades lo están viviendo día a día porque se enfrentan a un sistema que les niega el acceso a una cama UCI en un hospital de mayor complejidad.

     

    El dilema de “la última cama” tiene una dimensión sanitaria, ética, moral y política y por ello es más conveniente negar el acceso a una cama UCI mediante criterios de aparente objetividad que reconocer que nuevamente nos enfrentamos al dilema de “la última cama”.

  • NUNCA SERÉ COMPLETAMENTE LIBRE

    columna NUNCA SERE COMPLETAMENTE LIBRE

    Por Marcelo Trivelli, presidente Fundación Semilla


     

    marcelo trivelliNunca seré completamente libre no es una frase mía, sino que pertenece a Rebecca Solnit escrita en su libro “Recuerdos de Mi Inexistencia”. La expresa en su calidad de mujer que, desde pequeña, al igual que la mayoría de las mujeres en el mundo, fue educada o más fuerte aún, le inculcaron que para sobrevivir y evitar la violencia machista debía comportarse de tal manera que no se expusiera a situaciones que pudieran provocar a los hombres.

     

    Desde niñas y jóvenes se les hace tomar conciencia de la vulnerabilidad que viven producto de la cultura patriarcal en que vivimos: Mejor no caminar sola de noche por las calles de la ciudad, vestir sin mostrar partes de su cuerpo, no contradecir ni enfrentar los avances sexuales de los hombres, sino que callar y/o arrancar, no enfrentar la diferencia salarial ni las desiguales cargas de trabajo. Simplemente aceptar resignadamente la superioridad del hombre porque desafiarla puede ser mortal. En resumen, renunciar a la libertad, un derecho humano fundamental.

     

    Rebeca Solnit dice de manera certera que: “Me convertí en una experta en evaporarme, deslizarme y escabullirme, en retroceder y zafarme de situaciones difíciles, en esquivar abrazos, besos y manos indeseados, en ocupar cada vez menos espacio en un autobús cuando un hombre se despatarraba e invadía mi asiento, en desligarme poco a poco o en desaparecer de golpe: en el arte de la inexistencia ya que la existencia era muy peligrosa”. 

     

    Por el contrario, como hombre, nunca he sentido la amenaza de la violencia de género ni el acoso. Nunca me he visto en la necesidad de minimizarme. Tampoco he vivido la discriminación ni la desvalorización de mi trabajo. Nadie me ha reprochado no haber asumido en plenitud una labor compartida en la familia, pero si he sentido la crítica machista de ser “macabeo” por ir adelante en el cambio cultural.

     

    Los testimonios personales son buenos y necesarios, pero también es importante conocer lo que está sucediendo para elaborar una política pública adecuada que permita prevenir y erradicar la violencia de género. Fundación Semilla hará entrega de los resultados del Estudio, Percepciones y Actitudes Sobre la Violencia de Género Entre Adolescentes Escolares de Enseñanza Media (Chile), en un seminario el próximo 9 de abril de manera online. Tuvimos el privilegio de realizar este trabajo de investigación en el marco de la elaboración del Informe Anual sobre Situación de Derechos Humanos en Chile elaborado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos. A su vez, viene a profundizar una investigación previa realizada en 2017 por Semilla en liceos y colegios de la región metropolitana de Santiago. 

     

    Detrás de cada estadística de femicidio y/o de violencia contra la mujer hay una persona a la cual se le esta negando el derecho a la vida, la libertad y la seguridad. (Declaración Universal de DD HH, N°3). Es importante para hombres y mujeres reconocer que hemos normalizado comportamientos violentos y nos hemos adaptado a vivir con ellos. Mientras no cambiemos, se escuchará el grito de mujeres: “nunca seré completamente libre”. Está en nosotros cambiar cuanto antes esa realidad.

  • OCASO O REFUNDACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

    OCASO O REFUNDACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

    Por: Marcelo Trivelli, Presidente Fundación Semilla


    Los partidos políticos escucharon el clamor de la ciudadanía para que, en el proceso constituyente que comenzó con la abrumadora victoria del apruebo, pudieran postular personas independientes. El 60% de los candidatos y candidatas lo son y solo un 40% son militantes. Pero no sucede lo mismo con las otras elecciones que se realizarán el mismo 11 de abril próximo: gobernadores regionales, alcaldes y concejales. Tampoco se ha abierto un espacio para independientes en la carrera presidencial del 2021 ya que, de los más de diez precandidatos, a la fecha, hay solo un independiente.

    También, por primera vez se incorporarán mujeres en igual número que hombres y representantes de pueblos originarios. Todas estas conquistas logradas tras fuerte presión ciudadana al mundo parlamentario y al gobierno, nos hace preguntarnos si estamos frente al ocaso o la refundación de los partidos políticos. Sin duda que estamos en la etapa de ocaso.  Entrará aire fresco a la política, pero, siendo los partidos esenciales para el funcionamiento de la democracia, será el resultado de la elección de constituyentes y su funcionamiento para la elaboración de una nueva Constitución, la que marcará el futuro de los partidos políticos. ¿Desaparecerán los que hoy existen o serán capaces de refundarse y recuperar sintonía con el país real?

    Si a lo anterior le sumamos que hoy hay una generación más letrada, más culta, más globalizada con capacidad de pensamiento crítico que entiende que la sociedad y el mundo cambió, y que ese cambio está siendo acelerado por una nueva forma de vida en sociedad derivada de la pandemia, solo nos reafirma que las instituciones, incluidos los partidos políticos y la forma de hacer política, desaparecerán en la forma como la conocemos hoy. 

    Por ejemplo, un conocedor de las prácticas de lobby y tráfico de influencias afirmaba que en las reuniones realizadas online entre parlamentarios o autoridades de gobierno y representantes de grupos de interés no hay espacio para agendas ocultas ya que ni uno ni otro sabe quien está al otro lado y si es que está o no siendo grabado. La corrupción no desaparecerá, pero sin lugar a dudas disminuirá.

    Está cambiando la atención en salud por telemedicina, la compra en grandes centros comerciales por compra online, el trabajo en oficinas por trabajo no presencial, las ciudades se despoblarán, la bicicleta reemplazará, en parte, al auto y al transporte público. Al igual como grandes obras de infraestructura física quedarán abandonados o reconvertidos, los partidos políticos quedarán vacíos de militantes y enfrentarán el desafío de renovarse o morir.

    También cambia la educación. En Fundación Semilla estamos finalizando el proyecto Líderes y Lideresas por la NO Violencia. La adaptación a no presencial nos permitió triplicar la participación de profesionales de la educación y lo mismo a nivel de estudiantes que accedieron a una aplicación web con material audiovisual y metodologías lúdico participativas.

    Estamos frente al ocaso de una forma de vida y de organización y eso incluye a la política y sus partidos. Quienes sean capaces de reconocerlo a tiempo, sobrevivirán si se reinventan, en caso contrario, la fuerza de la realidad pasará por encima de ellos.

  • POCO SE PUEDE ESPERAR DE LOS RICOS LATINOAMERICANOS

    hombre quemando dinero hombre negocios rico dinero llamas hombre millonario 133260 1330

    Por Marcelo Trivelli, presidente Fundación Semilla


     

    marcelo trivelliCon la crisis económica derivada de la pandemia del Covid-19, ha vuelto a surgir una frase atribuida a Angela Merkel que habría pronunciado en su reunión con el presidente argentino Alberto Fernández en febrero del año pasado: “Uno de los problemas de América Latina es que los ricos no quieren pagar nada”. Si lo dijo la Cancillera alemana o no ya no es lo relevante. Hoy después de un año de pandemia es bien poco lo que se puede esperar de los ricos latinoamericanos.

     

    La realidad, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentado en 2016, el 10% más rico posee el 71% de la riqueza y tributa sólo el 5,4% de su renta. En el caso chileno ese mismo grupo tributa un poco por sobre 11%, mientras que los más pobres que gastan la mayor parte de sus ingresos en consumo, que está afecto al impuesto al valor agregado (IVA) que actualmente es de 19%. Con esta regresiva estructura tributaria las brechas se van profundizando en vez de acortarse.

     

    Escuchamos hace unos meses atrás algunas declaraciones aisladas de super ricos para que se instaure un impuesto a ellos, pero los gobiernos han sido renuentes a perseverar en esta línea a pesar de que hay varios proyectos de ley en diferentes parlamentos con propuestas para aumentar los ingresos fiscales por la vía impositiva o de royalties sobre materias primas. 

     

    La pandemia ha sido devastadora, pero ya hemos normalizado las estadísticas. Hemos dejado de ver que detrás de cada número hay una persona, una familia, una comunidad que sufre. Centenares de miles de muertos, millones de contagiados, miles de empresas cerradas y millones de empleos perdidos, millones de trabajadores de la salud y la educación sobre exigidos y estresados dando lo mejor de sí. 

     

    En toda Latina América se ha despertado la solidaridad en la base. En Chile, con su historia de organización territorial, la solidaridad se vive a diario en las ollas comunes que han sido la fuente de alimentación de quienes han perdido todo. Al igual que en los impuestos, son los grupos más pobres quienes soportan la mayor carga ya que han asumido el compromiso solidario de aportar a quienes más lo necesitan mientras las grandes fortunas se ufanan de haber contribuido con un par de millones de dólares que proporcionalmente a su patrimonio es despreciable.

     

    En los próximos días nuestro país elegirá a los constituyentes que redactaran la Constitución que deberá ser ratificada o rechazada en un plebiscito.  Sin duda que el tema tributario estará en el centro del debate. La actual Constitución señala su capítulo II, artículo 20°: “La igual repartición de los tributos en proporción a las rentas o en la progresión o forma que fije la ley, y la igual repartición de las demás cargas públicas”. 

     

    Las actuales leyes tributarias chilenas transgreden la Constitución porque que las cargas tributarias son inversamente proporcionales a las rentas, entonces, ¿qué podemos esperar del 10% más rico de nuestra sociedad? Poco podemos esperar de ellos. A lo más algunas migajas que queden sobre su mesa espléndidamente bien abastecida y servida para su disfrute.

  • UN VIOLADOR EN TU CAMINO: ¿SERÉ YO?

     

    Un violador en tu camino Seré yo

    • Hoy  25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer y también el primer aniversario de la presentación de Un Violador en Tu camino, creado por el colectivo Las Tesis y hoy convertido mundialmente en el himno feminista. Al escucharlo y reflexionar sobre la violencia contra la mujer, a los hombres, cabe preguntarnos: ¿Seré yo?

    Un violador en tu caminio Seré Yo Por Marcelo Trivelli

    Columna por: Marcelo Trivelli, Presidente de Fundación Semilla

    Un Violador en tu Camino tuvo el mérito de interpretar el sentir de millones de mujeres sometidas a una violencia normalizada y muchas veces invisibilizada producto de la cultura patriarcal predominante. “Y la culpa no era mía, ni donde estaba ni como vestía” fue un grito de liberación de la culpa que la sociedad les hacía sentir al atribuirle la responsabilidad de la violencia machista.

    En el trabajo de prevención de la violencia de género en contextos escolares que realizamos en Fundación Semilla nos encontramos con adultos que transmiten la cultura patriarcal, pero que están abiertos, la mayoría de las veces, a aceptar que hay otros caminos. Uno de los casos que usamos para ilustrar esta situación es el de una joven que, estando sentada en el patio durante el recreo, fue encarada por un profesor quien le dijo: “¡Siéntese como señorita!”. “¿Qué significa eso profe?” fue la inmediata respuesta de la estudiante, a lo que el docente respondió: “junte las piernas que se le ven los calzones”. Incrédula, la joven miró al profesor directamente y sentenció: “Profe, el problema es suyo que me anda mirando y no mío”. Claramente el problema no era de ella, ni donde estaba, ni cómo vestía, sino que era de su profesor criado y educado en una cultura machista. Para el profesor bastó que su alumna le hiciera el punto para reflexionar y comenzar un proceso de cambio.

    Ha habido progresos, sin embargo, aún falta un largo camino que recorrer. Escuelas, liceos y colegios no están preparados para prevenir violencias de género en contextos escolares.  Esta semana, Fundación Semilla, hizo público los primeros resultados de un estudio realizado a solicitud del INDH (Instituto Nacional de Derechos Humanos) sobre experiencias, percepciones y actitudes sobre la violencia de género entre adolescentes escolares en todo Chile. 

    Los resultados más destacadas de este estudio, que encuestó a 1.095 estudiantes, una muestra representativa de Chile,  señalan que más de la mitad de los y las estudiantes que recurren a las instancias institucionales para denunciar violencia y/o discriminación aseguran que no se tomó medida alguna para abordar su situación; ser mujer, duplica las posibilidades de recibir violencia sexual respecto de los hombres y que uno/a de cada cinco estudiantes nunca ha recibido clases de educación sexual, mientras que para el resto, la educación sexual que reciben es poca y con carácter, básicamente, biológico.

    Una de las conclusiones derivadas de los datos que llaman la atención, es el tipo de masculinidad construida por varones que se declaran heterosexuales, principalmente porque son el grupo que más declara ejercer violencias y acciones de discriminación contra las mujeres y contra los jóvenes de la diversidad sexual; no se dan cuenta de las violencias que ocurren a su alrededor ni tampoco las perciben como tales. Son conductas que están absolutamente normalizadas y el sistema educacional no es capaz de reconocerlas como una anomalía, ni menos de tomar acción para prevenirlas o enfrentarlas.

    La cultura patriarcal está tan arraigada en nuestra sociedad que hay muchas conductas que los hombres simplemente no vemos y por ello siempre cabe preguntarse: ¿Seré yo?

Página 1 de 2