Por Ledda Pérez, kinesióloga y Directora de @ClínicaLipmaWalChile
Santiago, octubre 2024.- El diagnóstico de cáncer de mama, aunque devastador, es solo el comienzo de una lucha que puede prolongarse mucho más allá de los tratamientos oncológicos. Una de las secuelas menos conocidas, pero igualmente significativas, es el Linfedema. Esta condición, que puede surgir tras la cirugía, o tratamientos posteriores como la radioterapia o quimioterapia, afecta la calidad de vida de muchas mujeres y, a menudo, pasa desapercibida tanto en la atención médica como en la conversación pública.
El Linfedema se caracteriza por la acumulación de líquido en los tejidos, especialmente en los brazos y las piernas, debido a una disfunción en el sistema linfático. Cuando los ganglios linfáticos son extirpados o dañados durante el tratamiento del cáncer, el flujo normal de la linfa se ve comprometido, lo que puede llevar a esta hinchazón crónica. No es solo un problema estético; puede presentar otros síntomas, como la inflamación de una de las extremidades, producto de la disfunción linfática, limitación de movimiento y un mayor riesgo de infecciones.
Es crucial que las pacientes sean informadas sobre esta posible complicación desde el momento de su diagnóstico. La educación es clave para la prevención y el manejo del Linfedema.
Afortunadamente hoy existen varias estrategias para tratarlo y mitigar sus efectos, pero que si se desconoce la enfermedad, difícilmente los pacientes pueden tener acceso a ellas. El drenaje linfático manual, la compresión con vendajes o prendas específicas, y ejercicios físicos son métodos que pueden ayudar a reducir la hinchazón y mejorar la función del brazo afectado. Además, el cuidado de la piel es fundamental para prevenir infecciones, que pueden complicar aún más la situación. En Clinica Lipedema Wal Chile contamos además con tecnología de última generación que ayuda en este tratamiento, y mejora significativamente la vida de los pacientes.
Es un tema que nos preocupa constantemente, por lo que quiero destacar además un aspecto importantísimo, como es la necesidad de diferenciar el Linfedema del Lipedema, una condición que también afecta a muchas mujeres pero que tiene causas y tratamientos diferentes. El Lipedema es un trastorno de la grasa que provoca una acumulación desproporcionada de tejido adiposo en las piernas y a veces en los brazos, pero no está asociado con problemas en el sistema linfático. A menudo, se confunden ambos, lo que puede llevar a un tratamiento inadecuado y frustrante para las pacientes.
Para evitar esta confusión, es esencial que tanto los profesionales de la salud como las pacientes tengan un entendimiento claro de ambas condiciones. La evaluación por un especialista es crucial para un diagnóstico adecuado y para establecer un plan de tratamiento efectivo. Un enfoque multidisciplinario que incluya oncólogos, fisioterapeutas y dermatólogos puede marcar la diferencia en la atención y el bienestar de las pacientes.
El Linfedema es una secuela importante del cáncer de mama que requiere atención y comprensión. Es fundamental que las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama sean informadas sobre este riesgo y que reciban el apoyo necesario para manejarlo. La visibilidad de esta condición no solo mejorará la calidad de vida de muchas mujeres, sino que también contribuirá a una conversación más amplia sobre las secuelas del cáncer, promoviendo una atención integral y humanizada.
Es hora de que el Linfedema deje de ser un desconocido en la lucha contra el cáncer de mama y se convierta en una parte central del cuidado post tratamiento.
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