*Por Sebastián Ozimica, director Asociación Gremial de Corredores de Seguros de Chile (ACOSEG).
Hace unos días, como ACOSEG realizamos un conversatorio junto con otros actores para hablar de electromovilidad y las oportunidades y desafíos futuros de la Industria Aseguradora. Usted podría preguntarse ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? A lo que puedo responder: Conocer, entender y empezar a pensar en la aplicación de nuevos servicios y productos orientados a las necesidades futuras que puedan surgir en las personas y empresas.
A Abraham Lincoln se le atribuye la frase “no puedes escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy”; y es que mirar al futuro no es sólo una proyección, buenos deseos o un anhelo, tiene que ver con enfrentar la responsabilidad que corresponde a cada quién, y en este caso, a cada espacio de acción, con una planificación correcta que debe hacerse desde ya. Eso es lo que estamos haciendo hoy, mirar, entender y conectar las responsabilidades que tendrá nuestra Industria en el futuro, para que sea protagonista en la innovación de productos y servicios acordes a lo que las personas y las empresas vayan a necesitar, llegando a nuevos segmentos de la población, a nuevas compañías y acompañando en el camino de crecimiento a cada uno de los clientes que hoy confían en nosotros.
Pero la generación de confianza no es algo que llega por arte de magia y a veces se vuelve imprescindible mirar al pasado, a los más de USD$8 mil millones que ayudaron a personas y empresas a mitigar sus pérdidas económicas tras el terremoto de 2010, a la no aplicación u omisión de la exclusión de pandemia en las pólizas de salud, a partir del primer semestre de 2020 tras los anuncios de Covid-19 o a los USD$13 millones -y contando- que se han pagado por los siniestros denunciados tras el frente meteorológico que afectó a nuestro país este año.
Con esto no queremos dar a entender que tenemos una industria perfecta, que jamás ha tambaleado o cometido errores; pero si queremos decir claramente y a viva voz, que es una industria fundamental en la estabilidad de la economía individual y colectiva ante eventos mayores, que ha cumplido, cumple y lo seguirá haciendo.
Entendemos que la generación de confianza es primordial y que nuestro apoyo a personas, empresas e incluso al Estado, les ha permitido permanecer en pie ante las vicisitudes y catástrofes que puedan asolarlos. Y no sólo estamos presentes para proteger ante eventuales riesgos, también somos una fuente de confianza que permite atraer y avanzar en inversión, desarrollo y protección de la esfera pública y privada.
Es hoy, en nuestro presente, que tenemos que fijar las metas de las que nos vamos a responsabilizar en el futuro, generar alianzas, crear innovaciones, buscar vías de inclusión, acompañar a las personas y empresas en sus necesidades y brindarles protección. Porque no se engañe, esta no es una proyección a 50, 100 o 200 años; el futuro es ahora y tenemos que estar presentes, participando en forma activa.
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