- También se registraron notorios aumentos en ansiedad, angustia y depresión, entre 2020 y 2021.
- Expertos señalan que alto volumen de consultas psicológicas se mantiene principalmente impulsadas por el efecto de las restricciones de movilidad.
Si bien no todas las personas se han contagiado de coronavirus, muchos sí han sufrido la otra pandemia: afección de la salud mental. Entre enero y junio de 2021, el estrés aumentó en un 380% en cantidad de citas; seguido por la ansiedad, que marcó un incremento de 44%; y la angustia, que subió un 16% durante los primeros seis meses del año, según datos de Psicologiachile.cl. “Las patologías de salud mental que predominaron en el 2020 fueron el estrés, la ansiedad y la depresión (en cantidad de citas), principalmente derivado del contexto de incertidumbre de los primeros meses de la pandemia, donde aún se buscaba entender los alcances del virus y de las medidas sanitarias de mitigación asociadas especialmente a las restricciones de movilidad para la prevención de contagios”, explica Andrea Trincado, psicóloga y fundadora de esta plataforma de terapias a distancia que durante el primer semestre ha visto un aumento aproximado del 97% en su cantidad de atenciones.
A 15 meses del inicio de la pandemia, el escenario ha cambiado: existe un plan de etapas para la restricción de movilidad, lo cual ayudó en los cuadros de ansiedad, al incorporar un elemento de predictibilidad, bajando la incertidumbre. Sin embargo aún permanece la denominada ‘fatiga pandémica’, ese desgaste del trabajo remoto, las clases online, los encierros prolongados y otras medidas que han gatillado la presencia de trastornos psicológicos entre la población. “En marzo de 2021, las atenciones registraron un récord de mil consultas, lo que se traduce en un incremento de un 200% en las prestaciones registradas durante el mismo mes del año pasado y de las cuales casi el 35% estuvieron asociadas a los problemas del estado anímico antes señalados”, agrega la psicóloga, destacando además que entre junio de 2020 y junio de 2021, el estrés aumentó en 187%, la ansiedad marcó un incremento de 178% y la depresión subió 86%.
Señales a considerar
En este contexto y ante la pregunta sobre a qué señales poner atención, la especialista comenta que “a las alteraciones del sueño o del apetito; dolores de cabeza, estomacales o musculares; sensación de falta de aire; aumento de pulsaciones; miedo intenso y sudor excesivo, entre otras. Nuestro cuerpo exhibe estos síntomas con el propósito de comunicarnos que hemos sobrepasado un límite, activando un mecanismo de defensa para obligarnos a tomar un descanso”.
Parte de ese descanso al que hace referencia la fundadora de Psicologiachile.cl es la terapia psicológica, que resulta fundamental para lidiar con el estrés generado por la experiencia traumática colectiva prolongada que ha resultado ser la pandemia. “Es fundamental complementar la psicoterapia con otros hábitos de salud mental, tales como tomar pausas para el autocuidado, propiciar espacios de relajación y esparcimiento, ejercicios de respiración profunda e incluso meditación. No se trata de aplicar todas estas medidas en conjunto, pero sí de incorporar una combinación de ellas que resulte cómoda y que le propicie una sensación de bienestar y autoconexión a cada persona”, puntualiza, ya que esos espacios son los que previenen el desenlace de crisis agudas que pueden derivar en cuadros complejos de salud mental.
Trincado afirma que “esta nueva vida ha dejado en evidencia que los espacios virtuales son igual de reales que los presenciales y, en ese sentido, las instancias de psicoterapia telemática son igualmente válidos que aquellas citas en persona. Además, en el contexto de la pandemia y la prevención de contagios, resulta hasta más tranquilizador y cómodo para algunos pacientes reunirse online, pues el estrés que le puede provocar los encuentros en vivo no se manifiesta, pudiendo tratarse con la distancia consciente que permite trabajarlo de manera efectiva”.
Finalmente, especifica que entre otras medidas de autoayuda está evitar las instancias que gatillen cuadros de ansiedad, angustia o estrés. “Si las reuniones online del trabajo me estresan o angustian pero no las puedo evitar, sería aconsejable conversar con la jefatura y solicitar no encender la cámara o asistir solo a aquellas reuniones de vital importancia. Del mismo modo, si me angustia salir a comprar, propiciar las compras online o planificar las salidas a comprar una vez por semana o turnarse con alguien de confianza que pueda relevar en esa tarea. La comunicación abierta y transparente respecto de cómo me siento frente a determinadas situaciones es una potente herramienta para enfrentar momentos de estrés”, ejemplifica.
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