- Según expertos, la ausencia de actividades puede desencadenar diferentes consecuencias tanto físicas como psicológicas, en este segmento etario, derivando en un deterioro paulatino que puede llegar a ser, incluso, de relevancia vital.
Un estudio publicado por la revista biomédica estadounidense Aging US y realizado por investigadores de Estados Unidos y China, confirmó que el sistema inmune se ve comprometido por factores como la soledad o un estado mental vulnerable. El análisis se realizó en casi 12 mil adultos, comprobando que la poca interacción social fue uno de los factores asociados a la liberación de sustancias para un envejecimiento más rápido.
“Si bien, este tipo de experiencia es normativa en función de nuestro rango etario y trayectoria laboral, lo que normalmente ocurre, es el experimentar una sensación de falta de dirección y significado en la vida, lo que suele ir acompañado de sentimientos de desesperanza, angustia, deterioro de la autoestima y desmotivación frente a otras dimensiones o esferas donde el adulto mayor se desenvuelve”, comenta al respecto el psicólogo Carlos Spoerer, COO y Socio Fundador de Ringme, servicio de acompañamiento telefónico que conecta personas mayores y el equipo de la plataforma, para conversar de diversas temáticas de su interés.
Según el experto, esta falta de propósito en la vida de los adultos mayores llevaría a un estilo de vida más sedentario, con menos actividad física y social, lo que puede converger en enfermedades propias de esta etapa. “Por esto es importante que las personas mayores cuenten con un propósito, dado el impacto directo que tiene en distintos indicadores de bienestar, mejorando la salud mental, favoreciendo iniciativa y foco de manera consistente frente a un objetivo o meta en la vida, lo que aumenta su autoestima y reduce el riesgo de depresión y ansiedad”, indica el psicólogo.
¿Cuáles serían en específico estas consecuencias? Para el especialista, son diversas las problemáticas que se pueden producir al no tener un propósito, siendo las siguientes las principales:
A nivel físico:
- Mayor riesgo de enfermedades crónicas: Sin un propósito o rutina, las personas mayores pueden ser menos activas y tener una dieta menos saludable, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas y la hipertensión arterial.
- Menor resistencia: La falta de actividad física y la inactividad pueden llevar a la pérdida de fuerza y resistencia, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones y disminuir la independencia.
- Problemas de sueño: La falta de una rutina diaria puede desregular el sueño, lo que puede llevar a tener insomnio y la somnolencia diurna.
A nivel mental:
- Aislamiento social: Las personas mayores que no tienen un propósito o rutina pueden ser menos propensas a interactuar con otros, lo que puede llevar al aislamiento social y la soledad. Esto puede aumentar el riesgo de depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental.
- Falta de sentido de la vida: La falta de un propósito puede llevar a la falta de sentido de la vida y a sentimientos de desesperanza e inutilidad.
- Declive cognitivo: La falta de actividad mental puede llevar a un declive cognitivo, incluyendo problemas de memoria, además de dificultades para concentrarse y procesar información.
“Es importante impulsar que las personas mayores tengan un propósito, puede ser salir a caminar, participar en actividades comunales o realizar deportes recreativos acordes a sus intereses. En consecuencia, a lo expuesto, se promueve la socialización en los adultos mayores, reduciendo la soledad y el aislamiento, así como la disminución del deterioro cognitivo, lo que en últimos términos se materializa en una mejor calidad de vida y bienestar en general. Eso es en efecto algo que activamos en Ringme, la sociabilización para que este segmento pueda contar con un acompañamiento en base a temáticas de su interés y que a la vez los desafíen, mediante nuestro acompañamiento telefónico”, cierra el especialista.
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