Fase exploratoria y dilemas éticos:
Hablamos de una tecnología que impulsa el desarrollo de contenido de forma autónoma a través de directrices y parámetros, lo que es un cambio sustancial en comparación al pasado donde la IA colaboraba más desde la estadística y análisis de patrones.
Santiago, 11 de noviembre de 2024.- Los modelos de IA generativa siguen dominando la pauta. La disrupción de esta tecnología está intrínsecamente relacionada con el alto procesamiento de datos y el apogeo de infraestructura digitales basadas en la nube. Y aunque según el Foro Económico Mundial en su informe Top 10 Emerging Technologies de 2023, su uso se centra principalmente en texto, programación, imágenes y sonido, lo cierto es que su aplicación sigue ampliándose en todos los sectores e industrias.
En línea a ello Statista prevé que el mercado de IA generativa crezca hasta los 1,3 billones de dólares en 2032, frente a los solo 14 mil millones de 2020. “En Chile la conversación gira en torno a la inteligencia artificial y en cómo sustenta la economía digital con las enormes capacidades que entrega. Sin embargo, respecto a la IA generativa, todavía existe reticencia y desconocimiento. Por ende, hay muchas compañías que se encuentran en una fase exploratoria”, explica Carlos Labarca, DWP Horizontal Head Andina en Coasin Logicalis.
El factor ético
El debate interno se centra en cómo podría impactar esta tecnología en el negocio y cuáles son las implicancias desde el lado de la seguridad. Asimismo, aunque Chile se erige como un polo tecnológico serio y relevante a nivel regional y mundial con la nueva Ley Marco de Ciberseguridad y la Ley de Protección de Datos, aún existen dilemas éticos.
“Hoy las compañías están impulsando pilotos de IA generativa, pero también están muy expectantes sobre sus alcances. Entender cuál es la línea ética y si el desarrollo de soluciones cumple o no con el marco regulatorio existente es una cuestión que frena a las organizaciones. Pero claro, es una tecnología que está en pleno desarrollo”, precisa Labarca.
Históricamente, Chile ha sido impulsor de nuevas tecnologías en Latinoamérica. El país es tierra fértil para la innovación. Ahora con la inteligencia artificial es lo mismo. Las organizaciones hoy en día se están interiorizando de cómo utilizar la herramienta desde la perspectiva comercial. No obstante, con la IA generativa aún no existe la capacidad para explotar estas soluciones en producción más masiva.
“Para dar el impulso necesario, es urgente avanzar en un marco regulatorio que se haga cargo de sus implicancias. Solo eso dará mayor certeza a los desarrolladores y empresas para implementar esta tecnologías y, éticamente, avanzar correctamente”, recalca el ejecutivo.
La seguridad: un eslabón crítico
Con la aprobación de la nueva Ley de Protección de Datos Personales, se acentúa la criticidad de una gobernanza de datos seria y responsable. Las organizaciones necesitan aterrizar una política de seguridad sobre el manejo de los datos para dar el siguiente paso y poder implementar una solución de IA generativa.
“Las organizaciones que hoy en día quieran adoptar las capacidades que impulsa la IA tienen que pasar por un proceso de consultoría en ciberseguridad para entender cómo están organizados los datos y si efectivamente el acceso a la información cumple con los estándares, tener una estrategia de Gobierno de Datos es clave”, sentencia Labarca.
Aunque falta aún crear las condiciones para explotar la tecnología más relevante del presente, se encuentra en pleno apogeo su desarrollo. Las compañías están comprometidas con la evolución digital de sus capacidades, diseñando escenarios futuros, calibrando inversiones y preparando proyectos. Lo cierto es que la IA generativa seguirá transformando al mundo.