Un análisis encabezado por la empresa de tecnología Orión advierte que el país puede posicionarse como un actor clave en la economía digital si acelera la integración de Agentes de IA, la cual podría generar hasta USD 100 mil millones en la próxima década en Latinoamérica.
Un reciente estudio guiado por la empresa tecnológica Orión identificó que Latinoamérica podría generar hasta USD 100 mil millones en valor económico durante la próxima década si logra adoptar eficientemente la inteligencia artificial, y Chile, por su preparación digital, madurez institucional y ecosistema tecnológico, estaría en una posición privilegiada para liderar ese proceso.
El informe, que analiza la adopción de Agentes de IA a nivel global y regional, proyecta un crecimiento explosivo para esta tecnología: el mercado latinoamericano crecerá a una tasa del 47% anual, pasando de USD 390 millones en 2024 a más de USD 3.820 millones en 2030. Este salto representa no solo un cambio tecnológico, sino una oportunidad económica que podría tener impacto directo en el PIB, la productividad nacional y la competitividad global de Chile.
“Chile tiene las condiciones para convertirse en un actor estratégico de la economía basándose en IA. La pregunta es si seremos protagonistas o simplemente consumidores de lo que otros países desarrollen”, aseguró Carlos Honorato, CEO de Orión, compañía líder en ciberseguridad, servicios en la nube, gestión de datos e Inteligencia Artificial, y que este 2025 cumple 25 años.
Los Agentes de IA ya están generando impactos tangibles en banca, salud, retail, manufactura y servicios profesionales, automatizando procesos, mejorando la atención al cliente y optimizando decisiones de negocio. Según McKinsey, estas tecnologías podrían aportar hasta USD 13 billones a la economía mundial hacia 2030. Por esto, Chile, con su ecosistema digital y su creciente red de empresas innovadoras, puede capitalizar el fenómeno si toma decisiones estratégicas a tiempo.
Sin embargo, el informe también advierte sobre los desafíos que se deben enfrentar: infraestructura desigual, escasez de talento especializado y la urgencia de avanzar en marcos regulatorios que promuevan la innovación con equidad.