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Ad portas del inicio del verano, ya hemos experimentado días con temperaturas por sobre los 35° de calor.
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Para quienes padecen de esta enfermedad, el clima veraniego representa una situación de cuidado, ya que puede empeorar algunos de los síntomas asociados.
Santiago, 2024.- A pesar de que falta aún para el inicio del verano, desde octubre en el país hemos
experimentado altas temperaturas, llegando incluso a los 35 grados en algunas ciudades. Junto al calor existen diferentes riesgos asociados, tales como deshidratación, cansancio, debilidad, dolor de cabeza, náuseas, entre otros.
A pesar de que estos síntomas los puede padecer cualquier persona independiente de su condición física o estado de salud, existen quienes son más propensos a sufrir problemas producto de las altas temperaturas, especialmente si tienen una condición de base. Uno de estos casos es de aquellas personas que padecen de Lipedema, enfermedad que se manifiesta principalmente con la inflamación de las extremidades superiores o inferiores.
Cuando hablamos de Lipedema, nos referimos a “una patología que afecta el tejido graso principalmente de las piernas y brazos, provocando que aumenten considerablemente su volumen, y lo que lleva a los médicos a confundir con obesidad, recetando dietas y ejercicios que no tienen efecto”, explica Ledda Pérez, fisioterapeuta, parte del equipo de la Clínica Lipedema WAL Chile (@clinicalipedemawalchile), y una de las pocas profesionales dedicadas al estudio y tratamiento de esta patología en nuestro país. Esta inflamación de las extremidades provoca dolor en las pacientes, el cual puede aumentar durante los días de mucho calor, teniendo un impacto negativo en las actividades de su vida diaria.
En muchos de los casos las altas temperaturas no solamente restringen las actividades diarias de las pacientes con Lipedema, sino que también pueden llegar a ser invalidantes por las repercusiones físicas que puede tener, tales como:
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Aumento de la hinchazón: El calor puede dilatar los vasos sanguíneos y aumentar la retención de líquidos, lo que empeora la hinchazón y la sensación de pesadez en las piernas y otras áreas afectadas por el lipedema.
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Mayor dolor y sensibilidad: Las altas temperaturas pueden intensificar el dolor y la sensibilidad en las zonas con lipedema. Las personas con esta condición suelen experimentar dolor crónico, y el calor puede agravar este síntoma.
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Fatiga: El calor extremo puede contribuir a la fatiga general, ya que el cuerpo tiene que trabajar más para regular la temperatura interna. Las personas con lipedema pueden ser más propensas a sentirse agotadas debido a la combinación de la inflamación y el esfuerzo adicional que hace el cuerpo para lidiar con el calor.
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Dificultad para movilizarse: El calor también puede hacer que sea más difícil moverse con comodidad, especialmente si se experimenta hinchazón o rigidez. Esto puede afectar la calidad de vida y la capacidad para realizar actividades cotidianas.
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Problemas circulatorios: Las personas con lipedema pueden tener una circulación sanguínea comprometida en las áreas afectadas, y el calor puede empeorar la circulación, lo que podría agravar los síntomas de la condición.
Para esto, es que existen diferentes recomendaciones a seguir para reducir el impacto negativo del calor, y que la calidad de vida de las pacientes se vea afectada lo menos posible. Dentro de estas, la cirujana plástica María Elsa Calderón, quien también es parte de la Clínica Lipedema WAL Chile, y experta en el tratamiento quirúrgico de las pacientes, destaca las siguientes opciones:
Evitar el uso de ropa ajustada: Uno de los consejos que no solamente puede ser aplicado en verano, sino que durante todo el año, es evitar el uso de ropa ajustada, así como también accesorios que puedan ser restrictivos, ya que estos pueden dañar la piel y causar lesiones.
Cuidar la piel de lesiones y del sol: Si hablamos de lesiones, es importante revisar constantemente la piel para chequear que ésta no tenga heridas producidas por el roce de la ropa o de las prendas de compresión. En el caso de tenerlas, cuidarlas de inmediato y así evitar una infección.
Otra forma de cuidar nuestra piel es usar protector solar y evitar estar expuestos directamente al sol y altas temperaturas por mucho tiempo, prefiriendo lugares con sombra o hacer uso de sombrillas para protegerse.
Una buena alimentación es clave: Aunque no existe una cura para el Lipedema, parte del tratamiento que sirve para ayudar a las pacientes a disminuir los síntomas asociados a la enfermedad tiene que ver con un cambio en la alimentación y la adopción de una dieta antiinflamatoria, la cual combina un régimen Paleo, Keto, Vegana y Libre de Gluten, y que ayuda a mejorar la calidad de vida de las portadoras de la enfermedad, y mantener a raya esta.
Evitar las situaciones de estrés: Para muchos las vacaciones y la llegada del verano puede significar una situación de estrés, algo que funciona como gatillante para las pacientes con Lipedema, llegando a empeorar los síntomas en algunos casos. Es por esto que la recomendación es evitar instancias límites, cuidar la salud mental y tratar de encontrar espacios de relajación.
A pesar de que éstas indicaciones son especialmente recomendables para la época de verano, las pacientes que padecen de Lipedema deben tener cuidados constantes durante todo el año.
La Clínica Lipedema WAL Chile, realiza tratamientos integrales para tratar el Lipedema, dentro de los cuales han sumado un procedimiento quirúrgico, a cargo de la cirujana plástica María Elsa Calderón, el cual está acompañado por una terapia previa y posterior, llevada a cabo por la fisioterapeuta y precursora del cuidado y tratamiento del Lipedema en Chile, Ledda Pérez.
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