Por Exequiel Aleu Monasterio / Director del medio RancaguaTV
En los últimos días, nuestra ciudad ha sido testigo de múltiples cortes de luz que han afectado gravemente a los hogares, negocios y servicios esenciales. Estos cortes, producidos periódicamente por las lluvias y vientos propios de la temporada de invierno, no solo han provocado inconvenientes diarios, sino que también han puesto en peligro la seguridad y el bienestar de miles de ciudadanos. Ante esta alarmante situación, se plantea la urgente necesidad de nacionalizar el suministro de electricidad para garantizar un servicio constante y de calidad a todos los habitantes.
Los cortes de luz han generado un gran descontento entre los rancagüinos, quienes se han visto obligados a vivir sin un servicio básico esencial para el desarrollo de sus actividades cotidianas. Familias enteras han tenido que lidiar con la falta de iluminación, refrigeración y comunicación, mientras que los pequeños negocios han sufrido pérdidas económicas debido a la interrupción de sus operaciones. En un contexto donde la electricidad es fundamental para la vida moderna, esta problemática resulta inaceptable.
La nacionalización de la electricidad es una solución viable y necesaria para enfrentar esta crisis. Al estar bajo el control del Estado, el suministro de energía podría gestionarse de manera más eficiente y equitativa, asegurando que todos los hogares reciban un servicio continuo y de calidad. Actualmente, el control de la electricidad por parte de empresas privadas ha demostrado ser insuficiente para garantizar la estabilidad y seguridad que los ciudadanos merecen. La búsqueda del lucro no puede estar por encima del bienestar de la población.
En varios países, la nacionalización de servicios esenciales ha demostrado ser una medida efectiva para garantizar la cobertura y calidad del suministro. En este sentido, es imperativo que Chile considere este enfoque para resolver la crisis energética que enfrenta Rancagua y otras regiones del país. La electricidad es un derecho fundamental que debe estar asegurado para todos, sin excepciones ni discriminaciones.
Además, la nacionalización permitiría una mayor inversión en infraestructura y tecnología, mejorando la red eléctrica y reduciendo la posibilidad de futuros cortes. También posibilitaría la implementación de políticas energéticas más sostenibles y orientadas al bien común, promoviendo el uso de fuentes de energía renovable y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
Es momento de que las autoridades actúen con determinación y responsabilidad, priorizando el interés público sobre los intereses privados. Los ciudadanos de Rancagua merecen un suministro eléctrico confiable y de calidad, y la nacionalización de la electricidad es el camino hacia la solución de esta problemática. Hacemos un llamado a los líderes políticos y a la sociedad en general a unirse en esta causa, para garantizar un futuro energético seguro y sostenible para todos.
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